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Tan temprano como ambos habían acordado luego, Jaehwan y Minhyun caminaban uno al lado del otro en el mercado de la zona. Su manager tras ellos, asegurándose de que no ocurriese nada fuera de lo normal.
Una feria donde la gente podía vender antigüedades si no es que era todo. Jaehwan lo encontraba fascinante. Tanto color alrededor suyo que comenzaba a arrepentirse de la elección de su ropa ese día. Pero esperaba que Minhyun le entendiese, era un idol demasiado conocido por el momento.
Cubría sus ojos con el sombrero que llevó ese día y Minhyun rió. —Oye, Singer debe mirar derecho.
Jaehwan bufó y puchereó sacándose el sombrero y entregándolo a su manager. —¡Pero Singer cubre sus ojos! Es misterioso.
El silencio esta vez era agradable. Jaehwan quería creer que era por la variedad de voces alrededor suyo y no por el ambiente que estaban formando ellos dos. Se sentía un adolescente otra vez. —¡Oh, mira eso!—, dice de pronto.
En uno de los puestos de la feria, había chatarra antigua. —¡Es un avión!—, señaló Jaehwan algo emocionado. Había tenido uno de niño pero ya debe estar más que hecho basura. Siguió viendo en la caja donde el avión había salido y encontró algo que nunca había visto antes. —¿Uh? Hyung, dime qué es.
Minhyun, aún siendo joven, seguía siendo mayor que Jaehwan en muchos aspectos. Tomó el objeto de metal oxidado y bufó divertido al ver lo simple que era. —Es una plancha de las antiguas, colocas agua caliente en este espacio y planchas. Recuerda que no había electricidad antes.
Jaehwan era como un cachorro, yendo de aquí para allá con objetos raros en la mano. Hasta que lo descubrió; el proceso había dado frutos, concluyó el cantante. Tomó una mano de madera, de aquellas que podías mover cada parte para darle una forma. La tomó y llamó la atención de Minhyun, quién se veía como si la mayor idea de su vida hubiese venido a la cabeza propia. —¿Una mano?
—Mhm, creo que serviría para Singer.
Minhyun no lo negó y estaba complacido con la ayuda que el menor le estaba dando. Sin embargo, no podía dejarle todo el trabajo al chiquillo nada más. Se movió a la siguiente parte de la feria, donde cuerdas y cadenas se vendían. Tomó la muñeca de Jaehwan y una de las cuerdas, enrollándola en ella. —¿Te lastima?—, le pregunta, pues no quiere dañar la piel de su compañero con algún roce.
Y cuando Jaehwan negó, sacó una cadena y la enrolló nuevamente. Se veía... raro. —Es muy gruesa—, murmura para sí pero Minhyun toma el otro extremo y la enrolla en su propia muñeca.
—M-Me gusta—, murmura en respuesta Jaehwan. El cantante miraba de reojo el perfil del actor y sentía su corazón alborotarse. No era mentira con su dicho, realmente sentía gusto por ver sus pieles juntas.
—¿Qué tal este?
Jaehwan miró en sorpresa hacia la chica que habló de pronto, dándose cuenta que era Boa con una cadena más delgada. Miró a Minhyun confundido pero él ya estaba besando a la mujer y sonriéndole como bobo.
