1.7: Los niños y los perros

219 25 6
                                    


—¡Prendan la luz!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Prendan la luz!

Nervioso, Minhyun sostiene entre sus brazos y piernas el cuerpo de Jaehwan. El mocoso respiraba débil y solo entonces se dio cuenta de la cuerda alrededor de su cuello, sacándola de ahí y viendo las marcas rojizas. Niño tonto, se repetía con miedo mientras el público miraba con curiosidad mórbida.

Boa se levantó de inmediato de su asiento, tomando su celular y llamando a emergencias.

Jisung ya estaba tratando de calmar la situación con el público mientras daba órdenes a diestra y siniestra al equipo para buscar ayuda.

—Jaehwan, vamos...—; golpeaba suave la mejilla suave del idol, viendo como abría sus ojos apenas para divagar demasiado ido con ellos. —Ya viene la ayuda—, le reconforta mientras peina los cabellos sueltos de la frente sudada y caliente del chiquillo mientras cerraba sus ojos otra vez.

¿Qué estaba pensando Jaehwan? Sentía ganas de llorar dándose cuenta de lo que planeaba, como un tonto.

—¡La ambulancia está afuera!

Minhyun mira a Jisung desde la entrada a galería y toma a Jaehwan en sus brazos para ir con una velocidad nunca antes pensada hasta las afueras del edificio, camilla afuera esperando al cantante.

—¿Tiene acompañantes?—, pregunta uno de los paramédicos mientras examinan rápidamente a Jaehwan.

Minhyun, por lógica suya, se toma la responsabilidad de acompañarle.

Y ahora se siente un poco tonto estando a las once de la noche con el maquillaje y ropa de la obra en el salón de emergencias. Ha pasado un tiempo desde que le dijeron que Jaehwan está estable y que le avisarían cuando podría ir a verle.

Toma el borde de su manga y la pasa por su cara, sacándose lentamente el maquillaje de su rostro y suspirando por el repentino dolor de espalda. Bufa divertido, pensando en que Jaehwan tenía un peso saludable. Ya no tiene energías para pensar en las razones por las que Jaehwan haría una locura como la que intentó horas antes. Al cerrar sus ojos, solo puede ver las marcas feas de la cuerda en la piel tersa de Jaehwan.

¿Sería él, el culpable? Se había comportado como un insensible y un patán con él. El chico merecía cualquier tipo de respuesta excepto la que le dio durante estos días. Lo empujó al borde de su desesperación. —Eres un maldito—, se recriminó, apoyando su cabeza en las palmas, sus codos apretando sus muslos con dolor.

Escucha roce frente a él y alza su cabeza para encontrarse con una mochila y el rostro ilegible de Boa. Lo recibe con desconcierto y las palabras no salen de su boca; balbuceos por doquier.

—No digas nada y ve a cambiarte—, le interrumpe Boa con voz firme. —Te avisaré si dicen algo sobre Jaehwan.

Minhyun es un bastardo afortunado, concluye Boa. De no ser por el profundo amor que le tiene y los años que han estado juntos, ni siquiera se tomaría las molestias luego de la forma en la que actuó con ella. Minhyun se levanta y camina con pasos pesados a un baño cercano mientras ella toma asiento en el lugar que antes le pertenecía al hombre.

Method | MinHwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora