❝ｓｏｒｒｙ❞ ❲ ᵗᵒʳᵈᵉᵈᵈ ❳

8.

Iban en la calle, rodeados de multitud de gente, era sábado, y la mayoría de las personas que de lograban topar eran trabajadores o estudiantes disfrutando de sus solo dos días de descanso de la escuela. Edd le pidió a tord y Tom ir le acompañarán hacer las compras para la semana, como siempre hubo quien se negara en aceptar.

Solo faltaban unas pocas cosas para finalizar sus compras.

– ¿ Conocen una pastelería sercas de aquí ? – pregunto Edd.

– Solo la pastelería El rey, pero esas cosas estaban muy caras, tienen un buen sabor, el precio es el que es complicado.

– ¿ Enserio ? ¿ Cuanto cuesta máximo ?

– Supongo que el más grande tiene el precio de cien dólares.

– ¿ Tan caro ?, ¿ No hoy otra pastelería ?

– si lo hay, solo está a 10 cuadras de aquí.

– vaya. . . Supongo que tendremos que tomar un descanso, ¿ Algún lugar donde gusten ir a comer ?

– cualquier lugar está bien Edd.

– entonces vengan.

Agarro las bolsas para caminar seguro de sus acompañantes, qué, a simple vista se ve que ya están cansados después de caminar ya 4 horas, la desesperación de ambos chicos ya estaba por cruzar sus barras, sin embargo al escuchar que tomarían un descanso gritaron por sus adentros, agradeciendo de que por fin comerían algo y reparar sus energías.

Edd, buscaba con la mirada posibles lugares para comer, hasta llegar a un puesto de hamburguesas, se quedó parado pensando en cómo podría saber la comida, si no era de su agrado le caería mal, pero al demonio, el está hambriento y sus amigos también, que más da eso.

Hizo un ademán de mano para que le siguieran, solo escucho un suspiro pesado detrás suyo, solo soltó una risa.

– vamos, ya no estén desesperados, solo faltan unas pocas cosas y terminamos.

– llevas diciendo lo mismo hace 1 hora Edd.

– ¿ Enserio ? – río – entonces creo que me equivoqué.

– Aceves tengo ganas de darte una golpiza.

– Eso lo haces cuando estas borracho Tom.

– Uhg.

– bueno, me adelantaré a pedir la orden, ustedes busquen una mesa desocupada chicos.

Saco su billetera para alejarse del noruego y el de cuencas.
Ambos empezaron a caminar por el pasillo del local para dejar las cosas debajo de las mesas y esperar a Edd. No se sentaron juntos, y ni hablaron para nada. O no.

– golpeas a Edd cuando estas ebrio.

– No estoy consciente de lo que hago, el alcohol hace que haga esas cosas.

– No lo vuelvas hacer, después de todos los golpes que recibe por tí y tal vez insultos a su persona dale herido por cada cosa que haces, aún así te perdona.

– ¿ Y cómo pretendes qué pare ?

– deja de beber.

– Estás loco, tengo una adicción a eso como Edd lo tiene con la Coca cola.

– si si si, eso es diferente, ¿ O acaso te ha golpeado por culpa de su bebida favorita ?

– No.

– entonces cállate. ¿ Vale ?

– ¿ Para qué tanto escándalo ?

– ¡ Edd ! Ahora tú eres el que aparece sin decir nada idiota.