vergüenza

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Han pasado meses desde que comenzaron las clases. Aún siguen entrando repitentes a la clase.
Y mi amor por Sebastián no se acaba, es inagotable. Nadie del salón sabe que me gusta. Si se llegaron a enterar sería una tortura para mí.

~timbre~

-Sol a que no te animas a sacarte una foto con Sebastián- Ani me estaba haciendo un reto?

-claro que si- porque rayos dije eso. Acaso quieres morir de vergüenza Sol?

-pues ve y pídele una foto- Seguro estoy roja como un tomate- ¿o acaso te gusta?

-claro que no- tome mi mochila y camine hacía el.

-tu puedes- el susurro de Ani me puso más nerviosa.

[Vamos Sol es solo una foto, ni que estuvieras por proponerle matrimonio]. Esa es la maldita voz en mi cabeza que me obliga hacer cosas que no debería hacer.
Veo que todos están arreglando sus mochilas para salir. Y allí estaba Sebastián.

- te...ee- ¿es enserio? Te pones nerviosa frente a un chico.
Estoy tan roja que creerán que voy a explotar. Lo miro a los ojos. El solo hace un gesto con la cara. Noto que el también está nervioso. Su sonrisa es timida.

-¿Tee?- me hace señales para seguir y con su hermosa sonrisa me pone aún más nerviosa.

Y de atrás gritan.
¡SOL QUIERE UNA FOTO CONTIGO SEBASTIÁN!- era lógico que esa fuese Ani.

Todos los de la clase se dieron vuelta.
Ya mejor que me lleve el diablo. El estaba tan rojo como yo.

Observo que su hermano le toca el  hombro, y le hace un gesto con la cabeza, como pidiendo que se diera prisa.
Me aleje de el, que importa la foto, estoy con tanta vergüenza y no tengo ni puta idea de lo que habrá pesando el. Además lo estaba haciendo perder tiempo.
El se quedó parado allí con una sonrisa muuy grande que digamos, tanto que parecía el gato de Alicia.

Yo solo salí de allí, mi casa queda a 2 cuadras de la escuela. Así que iba caminando.
Por alguna razón me di vuelta y vi que Sebastián y su hermano no recuerdo cómo se llama, iban en sus motos. Me di vuelta rápido, agache la cabeza, para no cruzar miradas con ellos.

Llego a casa.
Almuerzo con mi familia. Luego me dirijo a mi cuarto, pienso en lo sucedido de hoy con Sebastián.
Que vergüenza!!!! Gritó en mi almohada.

Ya vendrán días mejores
tal vez...







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