Capítulo 1:Nuevo comienzo, viejos recuerdos

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Llevábamos 3 años juntos. Precisamente hoy era nuestro tercer aniversario. Habíamos hablado de convivencia pero era yo quien se resistía aún. Esa noche me prometió una cena para festejar nuestro aniversario, Julián siempre se emociona con nuestra fecha.

Acababa de terminar de maquillarme cuando me abrazó por la espalda y me decía que me quitara las sandalias ya que sólo iríamos a la playa. Al llegar pude ver un mantel en la arena rodeado de velas.

-Julián son nuestras vacaciones no te hubieras molestado por tanto.- Le reclamé.

-Al menos esta noche no te quejes y disfruta- Dijo revoleando sus ojos.

Mientras cenábamos hablábamos de nuestros amigos y lo lindo qué habían sido nuestras vacaciones hasta que me interrumpió con la misma pregunta de siempre.

-Sofy ¿Pensaste de nuevo en lo de irnos a vivir juntos? Me refiero a que... ya llevamos 3 años juntos y me gustaría que si pudiéramos compartir un espacio que no sea sólo cuando viajamos o ambos tenemos tiempo libre- Me dijo nervioso mientras se atropellaba con sus propias palabras.

-Sí, lo pensé todos estos días pero no creo que sea el momento para hablar de eso. Mejor disfrutemos de la cena-Contesté sin poder mirarlo a los ojos.

-Está bien. -Dijo algo cabizbajo.

Al notar su expresión atiné a tirarme encima de él y hacerle cosquillas, esa era su debilidad. Verlo sonreír me hacía sentir que esta vez sí estaba haciendo las cosas bien.

-¡Ya jajaja ya jajaja basta! salí de encima que aún queda el postre y vas a hacer que me duela la panza-Dijo mientras me empujaba.

Al momento del postre él estaba nervioso, se le notaba porque no dejaba quietas sus manos y tampoco dejaba de tocarse el cabello, lo conocía bastante como para notarlo.

-Sofía, necesito...quee... hablemos- Dijo haciendo pausas entre palabras.

-Está bien cariño, sabes que puedes contarme lo que quieras. - Intenté sonar segura aunque moría de miedo por lo que fuera a venir. Por dentro de mí una voz decía "no esto de nuevo".

Buscó algo en su bolsillo hasta que note que estaba sacando una caja de terciopelo azul. Yo estaba en shock y sentí que el mundo se había detenido sólo escuché lo que él decía.

- Sé que dije que te iba a esperar pero ya no aguanto el hecho de no decírtelo. Desde que te conocí vos sabes como todo cambió para bien en mi vida. Quiero que podamos formar la familia de la que siempre hablamos y poder estar para vos cada vez que necesites a alguien como te lo prometí al principio. ¿Te casarías conmigo?

Podía ver todo lo que sentía en sus ojos, sabía que este momento iba a llegar pero...mi mente peleaba con otros recuerdos que estaban reprimidos desde hacía un tiempo y no sé por qué habían salido ahora.

-Julián...

-No te pido que aceptes casarte pero acepta el anillo y al menos y decime que lo vas a pensar- Me interrumpió hablando rápido.

-Es que no tengo nada que pensar, si acepto casarme con vos- Dije con emoción.

Él me levantó e hizo que giráramos como si fuera una película romántica. Nos sacamos fotos, a su pedido, y recordamos desde el principio, nuestro principio; una vez más.

-Volvamos al hotel por favor, ya estoy cansada amor.- En realidad mentía pero necesitaba irme de allí y no sé por qué.

Él guardó todo en una canasta y partimos rumbo al hotel. Al llegar simplemente nos acostamos a dormir, al día siguiente teníamos que volver hacia Argentina y había que descansar. Julián se durmió enseguida, no sin antes decirme que al otro día al llegar hablaríamos con nuestras familias y amigos para contarles. Estaba muy emocionado porque todos supieran las buenas noticias.

Le prometí que lo haríamos pero para cuando se durmió todo volvió una vez más y se repetía una y otra vez en mi mente.

-Soñé que estábamos en una playa los dos solos.

- ¿Y qué hacíamos amor?

-Yo te pedía que te casaras conmigo

-¿Yo aceptaba?

-Si mi vida.

-Te amo tanto.

Sin darme cuenta había derramado un par de lágrimas. Pero lo peor en la madrugada son los pensamientos, porque en la madrugada cada ausencia se siente más y los recuerdos se repiten mil veces. Mi mente no dejaba de decirme " Lo imaginamos de otra forma ¿Recuerdas? ¿Lo recuerdas?"

Me levanté de golpe y fui al baño a lavarme la cara. Vi mi reflejo y no fue de mi agrado, hacía muchos años no me veía así. Mis ojos estaban rojos e hinchados por esos pensamientos, no dejaban de derramar lágrimas, mis ojos parecían cascadas por las cuales hacia mucho no pasaba agua y ahora llovía torrencialmente, no podía evitarlo, no podía parar. Por supuesto que no lo había olvidado; sólo había dejado de pensarlo.

En ese instante recapacité y me dije " No volvamos atrás que ya dolió bastante". Con estas palabras logré calmarme, salí del baño y comencé a preparar la maleta, después de todo en una hora había que bajar a desayunar para luego ir al aeropuerto.

Ya en el avión intenté dormir pero me era imposible. Julián sabía que algo pasaba y me lo preguntó mil veces aquella mañana pero yo sólo me dedicaba negarlo. A mis ojeras ni el maquillaje las habían podido cubrir y el rojo de mis ojos lo cubrían mis anteojos de sol.

Al llegar al aeropuerto buscamos un taxi y el lanzó la pregunta que menos quería escuchar ese día.

-¿Tu casa o la mía?

No sabía cómo decirle que necesitaba estar sola, no podía tampoco. Habíamos pasado unas semanas tan lindas que no iba a arruinar todo en segundos, pero realmente debía estar sola.

-Prefiero ir a casa para descansar un poco y ver a las chicas, las extrañé demasiado. Luego te llamo ¿Te parece?

-Si hermosa, no hay problema. –Decía mientras me abrazaba.

Al llegar a casa llamé a Iri, mi mejor amiga, la necesitaba.

-Iri te necesito- Decía entre lágrimas

Necio CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora