Cartas de odio.

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—Jack Grazer, Finn Wolfhard, su calificación es de diez.

El profesor le entrego el escrito a Finn y lo miro dudoso.

—Señor Wolfhard, note que usted puso el nombre de Grazer en el documento. Se que usted siempre es sincero pero, ¿realmente el trabajo con usted? —La mirada del menor se poso en el, Finn asintió seguro.

—Si señor, Jack me ayudó.

El maestro solamente asintió y se fue a su escritorio, el timbre sonó indicando la hora de salida. Todos tomaron sus pertenencias y salieron del lugar como animales.

Finn espero a que todos salieran, no era muy fan de tener ese tipo de comportamientos

Jack lo esperaba en la puerta, cuando la mirada de ambos chocó Finn sonrió levemente recibiendo la misma acción por parte del otro.

Finn salió acompañado de Jack, ambos iban a la par sin decir nada, ambos cargaban con un sonrojo en sus mejillas pero al menos Finn sonreía.

—Jack —Llamo al pequeño mientras este se mordía el labio, volteo a verlo nervioso— Quería decirte algo importante.

—Púes... Dime —Fin soltó una leve carcajada asustando al otro.

—No, aquí no en mi casa —Las mejillas del mas pequeño se volvieron completamente rojas, lo que causo un cierto cosquilleo en Finn—, osea para que no salgas corriendo, no me mal intérpretes.

—Oh, esta bien.

Basada (la conversación) en hechos reales Xd Xd Xd.

•~•

—Espera un segundo, dejame asimilar —Se encontraban recostados en la cama del mayor, ambos mirándose con una sonrisa, soltando de vez en cuando una carcajada— ¿Dices que Marlene llego diciendo "Te traeré al lado correcto" y simplemente te beso?

—Exactamente, claramente la separe rápidamente pero ahí estabas tu y solamente pensaste de forma errónea.

—He de admitir que lo siento muchísimo, pensé que interrumpía en mal momento —Sus mejillas se encendieron aun más, (si eso era posible).

—Jack, realmente aprecio que a pesar de todo el odio que nos llegamos a tener, ahora podamos tener una relación de amigos.

—¡Oh, Finn! Habla por ti mismo, yo nunca te odie —golpeo su hombro levemente sonriendo— tu eres quien se empeño en alejarme.

—Y vaya que cometí un error.

—Ambos hemos cometido errores.

—Pero yo cometí un error al no corresponder ese beso —La cara del menor fruncio el ceño y se levantó rápidamente.

—¡Joder! —le aventó una almohada— ¡Sabía que te gustaba Marlene!

—¡No ese beso, idiota!

—¡¿Entonces cuál?!

—¡El que tu me diste!

—Eh...

Jsjsjsjs chao...