Cartas de odio.

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Las mejillas de Jack se encontraban totalmente rojas, literalmente el chico que le había gustado desde hace mucho tiempo acababa de decirle que deseaba haber besado sus labios aun más.

Negó levemente mientras retrocedía un paso y soltó un grito pequeño.

Por otra parte, Finn ya se había arrepentido de haberlo dicho, ¿y si era solo una broma para Jack? ¿Y si Jaeden lo había retado? Era todo muy confuso para ambos.

—Entonces... —Finn miro al mas bajo, esperando que siguiera.

—¿Entonces?

—Uh... ¿Tenemos tarea?

—Eres un idiota — Empezó a caminar rápidamente dejando al pequeño atrás, no estaba para nada enojado, estaba totalmente nervioso por la situación en la que se encontraba.

Jack lo siguió a paso rápido, casi pisando los talones de este. Cuando llego a su lado no dijo nada y ambos volvieron al silencio, Finn se detuvo y lo miro.

—¿Te gusto?

—¿Eh...? —Jack estaba sonrojado, y a la vez sorprendido tampoco se esperaba esa pregunta de repente.

—¡Vamos Jack, solo dime! —Lo tomo de los hombros —¿Sientes algo por mi? Algo que no sea ni odio, ni amistad.

—Si...

—No te escuchó.

—¡Joder, Finn! ¡Si, me gustas mucho! —Lo miro a los ojos exaltado— ¡Me gustas demasiado! Odio verte con Marlene, odio verte con Millie, odio verte con cualquier persona porque se que te hacen feliz en tu día a día, mientras yo solo te observo de lejos. Odio esa distancia que nos ponemos cada vez que sucede una estupidez, odio que la manera en la que me haya atrevido a volver hablarte es por un estúpido anónimo muy amigo tuyo, odio a ese anónimo porque puedes confiar en el como antes lo hacías conmigo.

—Jack...

—¡Solo callate! No puedes venir y decirme que querías besarme, porque se que mañana no me dirigirás la mirada.

—Jack...

—¡Deja de ilusionarme, duele saber que no sientes lo mismo!

—¡Jack!

—¡¿Qué mierda quieres?!

—¡Tú también me gustas!

—Espera, contare hasta tres y esto sera un buen sueño.

—Joder Jack, también me gustas. Wyatt me lo dijo y yo me negaba a creer, me negaba a creer que el odio que sentía hacia ti era más atracción en si. El dijo que no era normal odiar a alguien porque si, y bastaron algunos días para darme cuenta de ello. Me gustas Jack, y mucho.

—Bien —Jack tenía la mirada puesta en los ojos del mas alto, estaban cayendo lágrimas de sus ojos y no sabía el porque, Finn lo acurrucó en su pecho mientras acariciaba su cabello—, todo esta jodidamente bien. Cinco años Finn, cinco.

—Lo se, lo se —beso suavemente su frente — relajate.

—Me gustas mucho.

—Y tú a mi Jack, y tú a mi.