Capítulo 2: ¿Qué sucedió?

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Aramí, terminó de prepararse, se puso un vestido blanco que le llegaba a medio muslo, era sin mangas y tenía algunos que otros encajes de piedras. Se peinó el cabello y simplemente lo adornó con una bincha blanca. Sus pies llevaban unos zapatos cerrados blanco con pequeños tacones, pues no le gustaba mucho usar tacones muy altos. Caminó sola hacia la casa de Camila, dónde le harían la cena por su cumpleaños, pero no podía dejar de pensar en lo ocurrido hoy, todo era muy extraño.

No pudo evitar el sentirse observada mientras caminaba, las ramas de los árboles parecían moverse como si algo o alguien fuera saltando de rama en rama siguiéndola, empezó a asustarse y entonces recordó las palabras de aquél señor "Algún día reclamará lo suyo", esa frase le sonaba una y otra vez en su cabeza, así que apresuró el paso, quería llegar en cuánto antes a la casa de Camila, pero a medida que ella aceleraba el paso, lo que sea que la seguía también iba con ella, finalmente llegó a un lugar donde las casas empezaron a aparecer, estaba aliviada, ya había llegado a una zona residencial y ya no habia árboles ni bosque, se giró para observar si "eso" aún la seguía, de repente algo saltó de entre los árboles lanzándose sobre el empedrado de ese camino.

- ¡Aaah! -ella gritó asustada, pero cuando abrió los ojos, era un simple mono pequeño que la miraba fijamente. Suspiró, y con el "Jesús" en la boca continúo caminando.

Llegó a la casa de Camila, dónde ya todos los esperaban, el sol se había ido, y ya la noche se asomó.

- ¡Feliz Cumpleaños número 18! -gritaron todos al unísono, se escucharon trompetas y estallidos. Era todo muy bonito, pues sus amigos inclusive habían comprado una torta. Ella estaba muy agradecida de tener tantos amigos tan buenos con ella, pero de repente se fijó, en que no estaban sólo sus amigos, también había mucha gente desconocida para ella. Miró interrogante a su mejor amiga, Camila, quién con una mirada entendió lo que Aramí preguntaba.

- Son amigos de Gonzalo y de Pedro, les dije que no debían traer a nadie más, pero ya sabes lo rebeldes que son -le susurró Camila al acercarse a abrazarla para saludarla.

Enseguida todos imitaron a Camila y la saludaron con abrazos y besos en las mejillas, inclusive aquellos que ella no conocía. Disfrutó mucho esa noche, comió y bebió muy feliz con sus amigos, y la torta, estaba una delicia. Lo único que le había molestado eran 3 de los amigos de Gonzalo, no dejaban de mirarla en toda la fiesta. Empezó a temer como volvería a casa sola. Se acercó a Cami.

- Cami, ¿Me llevas después en casa en tu moto?, no quiero ir sola -dijo mirando a su amiga.

- Ara, mi moto está sin combustible, lo siento. Me gustaría acompañarte, pero no quiero dejar la casa sola mientras todos siguen aquí.

- Entiendo -le sonrió Aramí. Entonces decidió irse antes de que sea tarde.

Empezó a caminar, se armó de valor para cruzar el oscuro camino empedrado rodeado de árboles, ya que éste camino iba conectado hacia su barrio.

- Si eres mi ángel de la guarda protégeme -susurraba con un poco miedo. De repente una motocicleta con 3 muchachos encima, se fueron acercando, ella empezó a acelerar sus pasos, pero 2 de los chicos de la motocicleta se bajaron y corrieron tras ella, ella empezó a correr, pero la alcanzaron, ella empezó a llorar y forcejear, cerraba sus ojos asustada mientras forcejeaba con ambos chicos, de repente, algo se lanzó de entre los árboles, ella abrió los ojos asustada, no observaba nada, pero escuchaba pasos de algo o alguien.

  Uno de los chicos empezó a levitar, y bruscamente lo alzaron hasta el más alto árbol y lo clavaron allí, la copa del árbol le atravesó la espalda y el estómago, y él chico, murió en el instante de ser atravesado, su sangre bañaba ahora el árbol.

El chico que quedó sobre la moto, arrancó su moto asustado.

- ¡Es la novia de pombero!, ¡Es su novia! -gritó y se fue de allí.

- ¡Nde plaga!, ¡Espérame! -gritó el otro chico que segundos antes estaba sobre Aramí, de repente un silbido empezó a escucharse, se escuchaba débil y distante, y una sombra, de una altura baja se vió pararse frente al chico. El chico intentó correr, pero "eso" le sujeto de las piernas, y lo tiró al suelo, lo arrastró por el empedrado hasta desaparecerlo en el bosque.

Aramí corrió asustada, muy asustada, pues "eso" era algo muy distinto a un ángel de la guarda, era sombrío, aterrador y horrible. Llegó asustada a su casa, se encerró en su cuarto, subió a su cama, abrazó sus rodillas y se echó a llorar. Ella, acababa de ver morir a alguien frente a ella,  y ver desaparecer al otro muchacho. Su madre, raramente no se encontraba en su casa otra vez, ella salía en las noches, quién sabe dónde. Al final, ella se quedó dormida.

En la mañana siguiente, su madre, como siempre estaba viendo el noticiero. Ella ya estaba despierta hace 20 minutos atrás, y ahora estaba disfrutando de su café de la mañana. Ella estaba por regresar a su cuarto, en su mano derecha llevaba su taza de café y en la izquierda se llevaba un paquete de galletitas oreo, paró bruscamente al ver el noticiero.

En el noticiero encabezaba el siguiente título: "¿Obra del pombero?", y en el se escuchaba y veía, que un joven fue hallado incrustado en la copa del árbol más alto, justamente en el camino empedrado por donde ella pasó ayer. Más hacia la zona residencial, se encontró una moto abandonada ensangrentada. Los policias se habían adentrado en el bosque, y allí, encontraron dos cuerpos, de 2 jóvenes, estaban crucificados a una cruz hecha de 2 ramas de árboles, lo peor, era que estaban colgados como si fueran un espantapájaros, uno estaba sin ojos, y el otro, estaba sin su miembro varonil.

Aramí dejó caer su taza y galletita en el suelo, la taza se rompió con un estruendoso sonido, que hiso que su madre volteara de inmediato.

- ¿Qué pasa che memby?, ¿Estás bien? -dijo preocupada la madre quien miraba preocupada a su hija.

- S-sí, estoy bien -dijo Aramí recogiendo los pedazos que restaron de la taza.

Hija de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora