"Prometí nunca más enamorarme de alguien, y tú no serás la excepción."
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"No conozco al amor, sólo al odio y la venganza."
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"Después de todo, no somos tan diferentes."
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Cuando estábamos cerca del salón comencé a quejarme como siempre.
"Ugh Historia, que aburrido... y si no la saltamos?" sonreí.
"Que saltar ni que nada. Ves por que tengo que estar al pendiente de ti?" me dice en un modo de regañar.
Sólo rodé mis ojos y me quejé aun más. Entrando a clase, ya no quedaban más asientos, mas que los de atrás. La clase estaba ordenada en mesas de 4 escritorios. Sólo quedaban 2 escritorios frente al mismo idiota y una chica encima de él que parecía ser su novia.
"Ni de loca voy a sentarme con ellos," dije dirigiéndome hacia la salida.
"Ey, ey, adónde crees que vas? Venimos aquí a aprender, no a sentarnos con quien queramos," me dice casi arrastrándome hasta mi asiento.
"Muy bien clase, donde están sentados ahorita, serán sus asientos permanentes hasta que yo diga que se pueden mover," la maestra anunció.
Mario y yo abrimos los ojos como platos y nos cubrimos la cara al mismo tiempo.
"Deja de hacer lo mismo que yo," me dice.
"Tú deja hacer lo que yo hago," respondo.
"Quien es ella?" pregunta la chica.
"Nadie amor, sólo una perra," contestó.
Sin decir nada, lo patee por debajo de los escritorios y esto hizo que soltara a la verdadera perra. Comenzó a quejarse a maldecirme en voz baja.
"Da las gracias que te di en la rodilla," le sonreí.
"Oye que te pasa?!" me pregunta la chica.
"Pregúntale eso a tu novio."
"Le haces daño una vez más y te las verás conmigo," ella me advierte.
"Aw mira Mario, ahora tu novia te va a defender por que no puedes tú solito y te burlabas de mí en la cafetería, HA mirate ahora."
"Ya déjalo, como sea que te llames," intentó empujarme pero yo me hice para atrás.
"Mira princesita, no empieces si no quieres que tus preciadas uñas terminen arruinadas," le advertí.
En unos segundos, llega la maestra a nuestra mesa.
"Que pasa aquí?" pregunta.
"Nada," le sonreí Joel.
Una vez que Joel sonrió, sabía que estaba salvada, pues todos los maestros le creían a Joel por ser un buen estudiante.
"Está bien, sólo asegúrate de que ellos pongan atención," fue lo único que dijo y regresó al pizarrón.
Él sólo me dio un codazo para que volteara y pusiera atención. Después de una lección larga y aburrida, nos dio un paquete para completar.
