"La Vida Nos Separa"

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Capítulo 9: La vida nos separa.

Dean logró la beca deseada en la universidad deseada, en la carrera deseada. Pronto sería la graduación y el baile, y todo eso, que no podría compartir con Castiel de forma romántica. Decidió, entonces, ir solo a la fiesta, pero Castiel le insistía que fuera con alguien, que ellos se verían allá en la fiesta, pues le tocaba estar de cuidador, por no decir de guardia.

Existía una chica pelirroja a la cual podría llamarse amiga. La chica era lesbiana y le agradaba mucho, porque siempre lo escuchaba sin juzgarlo. Claro que jamás dijo a nadie sobre su fijación por Castiel, pero era más que conocido el hecho de que el enfermero y el atleta número uno del colegio, se traían algo, aunque solo eran rumores mal intencionados, instaurados por el chico rechazado por el enfermero. El pelirrojo, con el cual se peleó por Castiel, plantó el rumor, que luego se olvidó, cuando la madre de Dean se encargó de separarlos, pero luego de la escena en el estadio con la lesión del jugador, volvió a encenderse como fuego, aunque Dean estaba por enterarse del grado peligroso de todo esto.

—Necesito pedirte algo —dijo Dean a la chica pelirroja con actitud seria.

—Si es matrimonio, estoy comprometida —dijo con actitud divertida.

Como conocía el carácter juguetón de la chica, no le siguió el juego y volvió al asunto.

—Quiero que vengas a la fiesta de graduación conmigo.

—¿Acaso estás loco?

—¿Acaso ya tienes pareja?

—La tendré —dijo con seguridad la chica.

—Vamos, Dana, acompáñame —insistió Dean.

—¿Por qué no se lo pides a cualquiera? Cualquiera te dirá que sí.

—Te lo estoy pidiendo a ti.

—¿Por qué a mí?

—Porque no tendremos sexo y sé que no te pasarás películas conmigo.

—Wow, ¿no te creías tan irresistible? Quizás sí, caiga —le guiña un ojo.

—Ya deja de bromear, que esto es serio. No te lo pediría, sino fuera tan importante.

La chica dejó su actitud bromista y le puso interés al asunto.

—¿Es por el enfermero, no es cierto? —lanzó la chica sin más.

—¿Cómo sabes eso? —dijo sorprendido.

—Todo el colegio lo sabe. Me sorprende que no venga la policía a arrestarlo por corrupción de menores.

Dean quedó en shock. Tantos años guardando el secreto para que ahora estallara, ahora que solo faltaban unos meses para cumplir los dieciocho años. Sintió que se desmayaría.

—Dean, Dean, ¿estás bien?

—Ssssí...

—Vaya, pensé que te caerías muerto. Estabas blanco como el papel.

—Pues casi... debes ayudarme, por favor, no puedo permitir que la policía detenga a Castiel —dijo desesperado Dean.

—¿En serio tienes algo con el enfermero?

—¡No! Él no me ha tocado. Es inocente, no puedo permitir que lo acusen por algo que no hizo.

—Ya tranquilo, tranquilo, solo son rumores. Me sorprende que no lo escucharas.

—¿Cuándo surgieron?

—Desde el día de tu lesión en el campo.

—¡Malditos hijos de perra! —chilló Dean furioso.

El Amor de un Ángel Inmortal (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora