"Emociones Desatadas"

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Advertencia: Lemon.

Capítulo 14: Emociones desatadas.

Llegaron al motel bien tarde por la noche. Todo, porque estaba a las afueras del pueblo, casi a un lado de la carretera. Ahí fue donde Dean hizo valer sus derechos de mayor de edad al mostrar con orgullo, una identificación en la entrada del motel.

—Camas separadas —pidió Castiel.

—Sí, claro —dijo con escepticismo el dependiente.

—No sé a qué hora saldremos —avisó Castiel.

—Sí, ya, como sea se paga por adelantado.

Castiel pagó, Dean por primera vez vio un motel por dentro con asombro.

—En tu otra vida, estos eran como tu casa.

—¿En serio? Si quieres lo hacemos aquí.

—¿Hacer qué cosa?

—El sexo.

—¡Oh!

—Debes tener algún tipo de fantasía, teniendo sexo conmigo en un motel oscuro y salvaje —dijo Dean con picardía.

Castiel abrió los ojos, pues hace tiempo tuvo una de esas, pero descartó la idea, tratando de no pensar más en eso que le hacía mucho daño. Los impulsos los tenía muy dormidos.

—Es cierto, antes, en tu otra vida, tuve esas ideas —confesó Castiel.

—Entonces —dijo Dean, acercándose de forma sugerente—. Ahora es el momento.

—No creo que...

Lo callaron con un beso, el cual fue tomando tintes candentes, a medida que pasaba el tiempo. Dean era un experto en esta instancia. En realidad, siempre estuvo adelantado a Castiel en cosas sexuales y Castiel solo dejó que la experiencia tomara su curso. No se opuso cuando lo manosearon más de lo debido, ni cuando comenzaron a quitarle la ropa.

—No sabes cuánto tiempo esperé esto —dijo Dean.

El chico pegó una exclamación al tocar, por primera vez, el pecho desnudo de Castiel.

—Eres perfecto y veremos lo que hay abajo —seguía hablando el chico.

Desabrochó los pantalones. Quería verlo, desesperadamente, metió su mano y era tan suave que dio un suspiro. Luego sin aguantar, le bajó los pantalones y la ropa interior.

"Sublime", fue la palabra que se le vino a la mente.

Castiel se estaba excitando solo con verle los pensamientos cochinos de Dean sobre él mismo. Extraño, porque aunque estaba perdidamente enamorado de él, solo en contadas ocasiones tuvo pensamientos de este tipo, pero pronto se le pasaron. No como ahora. Debía ser la ansiedad o las expectativas de lo que sucedería, porque sabía lo que venía. Lo había visto varias veces, incluso, con los amantes del mismo Dean, ya sea en la otra vida, como en esta. Sabía cómo Dean tenía sexo con las mujeres, y en esta vida, con hombres, por eso no era de extrañar, salvo el sentimiento que podía percibir del placer sentido por el humano.

Saborear los sentimientos de Dean, era delicioso. Lo obligaba a quedar parado delante de él, mientras este le quitaba la ropa, prenda por prenda, con exploración minuciosa, como si estuviera descubriendo un tesoro. Los ojos de Dean estaban, increíblemente, dilatados en una expresión sublime, no vista de forma anterior. Eso le hizo empequeñecer los ojos y ladear su cabeza, como buscando la manera de recordar, porque él sabía todo sobre Dean, pero esa mirada no, eso lo tenía confundido.

El Amor de un Ángel Inmortal (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora