"La Sonrisa de la Perdición"

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Capítulo 16: La sonrisa de la perdición.

Primero, debían hacer una cosa muy difícil: contarle a los padres de Dean lo de la boda. Dean tenía esa misión.

—Les diré, aunque no creo que sea necesario. Me casaré igual contigo —explicó Dean.

—Son tus padres, debes avisarle.

—Les avisaré.

Las noticias fueron recibidas, mejor de lo pensado. Su madre ni siquiera se sorprendió, solo preguntó cuándo para estar en la ceremonia.

—Esto fue idea tuya, ¿no? —preguntó su padre por el videoteléfono.

—Claro que sí —respondió su hijo con orgullo.

Escuchó y vio un suspiro. Su madre sonreía al lado de su padre.

—¿No lo estarás obligando? —preguntó asustado Víctor.

—¡Claro que no! ¿No es cierto Cas?

Castiel a su lado dudó unos segundos en responder.

—¡Cas! —exigió el chico.

—Es cierto que sería buena idea —dijo Castiel muy pausado—, dejar el matrimonio para cuando terminaras la universidad y...

—¡No! ¡De ninguna manera esperaré tres años más! ¡No sabes el infierno que pasé todos esos años sin poder tocarte, ni mirarte! ¡Ni loco paso otra vez por eso! —gritó Dean eufórico.

Sus padres se sorprendieron, porque nunca en su vida lo vieron tan alterado. Dean era una persona que siempre guardaba sus problemas para sí.

—¡Tú eres mío! ¿No es cierto? —preguntó Dean con enojo mezclado con desesperación, algo bastante inusual.

—Por supuesto, que lo soy.

—Entonces, no hay nada de qué hablar. Nos casamos y punto —concluyó el muchacho.

—Dean.

—Ya está decidido —dijo con voz de mando—. Además, no sé qué tanto alegas si dijiste que estarías conmigo para siempre.

—Por eso, casarse no es tan importante —razonó Castiel.

—¿Cómo que no es importante?

—Porque casarse es hasta la muerte, no para siempre.

—¡Oh!

Dean se quedó callado y en su rostro se dibujó una sonrisa tonta. Los padres al otro lado de la pantalla quedaron con la boca abierta de la impresión.

—¿Ves? No es necesario adelan...

—¡Habrá boda! —dijo Dean con rotunda respuesta.

Les dio las fechas y el itinerario a sus padres para luego cortar la comunicación. Agarró a Castiel de la solapa y se lo llevó a la habitación donde estuvieron hasta bien entrada la noche, haciendo el amor. Al otro día, Castiel se sorprendió al permanecer toda la noche, abrazando al chico, sin mover un músculo para no despertarlo. Algo bien tonto, considerando que podía desaparecer sin problemas de ahí, sin molestar tampoco al chico. Sin embargo, no se movió hasta que Dean despertó a su lado, con una sonrisa de oreja a oreja, con ojos adormilados de lo cansado que estaba con la actividad nocturna.

La madre de Dean no quiso perderse los preparativos de la boda y viajó en especial con ese motivo. La verdad estaba muy emocionada con el evento para sorpresa de Dean. Él siempre pensó que su madre se oponía, totalmente, a estar cerca de Castiel, pero sucedió todo lo contrario.

El Amor de un Ángel Inmortal (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora