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No pierdo la esperanza de que ella despierte.

Hace cinco años de aquello y yo continúo visitándola todos los días.

Por eso, cuando llegué ese día al hospital y vi que su cama estaba vacía todo mi mundo se detuvo, pensando lo peor.

Pero entonces la vi a un lado de la ventana, sonriéndome.

—Prometiste estar cuando despertara, Seol, pero llegaste tarde como a todas nuestras citas.

Reí, sintiéndome abrumada por la repentina sensación de estar completa.

—Vamos a casa, Lalisa.

cuando despiertes; lalisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora