Capitulo 4

10 2 1
                                    

Camine hasta el muelle del parque y me senté al final del puente de madera que este tenía, respire profundo y saque el papel de mi bolsillo.

Lo observe unos segundos y finalmente lo desdoble y en efecto su letra está plasmada en ese papel.

Nose como empezar esta carta, supongo que con un hola, si eso está bien.

Hola marco, explicaré todo en este papel y no podré quitar algo ya que no tengo borrador así que todo estará aquí, siempre me ha parecido más sencillos el papel que los teléfonos como te habrás dado cuenta a través del tiempo que pasamos juntos y como también te darás cuenta que estoy divagando pero como no hacerlo?, si lo que te voy a decir probablemente hará que no me quieras ver más.

O tal vez si? Aunque solo para insultarme o eso es lo que creo y ya sabes de lo que pensamos de lo que creen los demás, nada no pensamos nada porque no nos importa lo que piensen los demás y eso me ha llevado a pensar que tal vez digamos que no, pero creo que si nos importa.

Me di cuenta de eso cuando te conocí y no lo niego, ¿porque sabes algo? me importa, lo que tú digas y pienses de mí, me importa........tú me importas.

Mis manos seguían temblando y sentí mis ojos humedecerse, no lo entiendo porque no la querría ver si echo todo lo que he podido solo para eso, para verla, seguí leyendo quería saber la razón de todo esto.

Y quería que lo supieras antes de decirte esto.....mate a alguien a un hombre.

Si aún quieres verme puedes venir a la plaza rosa estaré ahí a las ocho.

La hoja cayo de mis manos al leer aquello, como una chica tan dulce pudo llegar a hacer aquello, no lo podía creer debía de haber un porqué y lo iba averiguar hoy en la plaza rosa.

Fije mi vista en el papel ya mojado por el agua donde había caído y me estiré lo más que podía para poder alcanzarlo, lo tome con cuidado para que no se desarmara y me dirigí al baño de cabañeros del parqué.

Entre en este que se encontraba vacío, y fui directamente al secador de manos y procedí a secar el papel, en eso oigo como alguien ingresa al baño cuando ya estoy terminando de secar el papel no le presto atención y termino de secar el papel.

—estás en lugar equivocado en el momento equivocado—frunzo el ceño al escuchar aquello y me volteo para observar a quien sea que dijo esas palabras.

Miro al hombre vestido extravagante con un traje verde y joyas en sus manos, este me observa a mí ya que somos los únicos en el baño por desgracia.

Como también es una desgracia que tenga un arma en su manos y yo solo un papel en las mías.

Por defecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora