MI CASTIGO

PASADO PARTE 2

...

Pasando un día, me entere que eres amigo de aquel hombre.

Y te diré la verdad me dio celos verlo a tu lado.

Muchas veces chocábamos, pero solo te limitabas a pasar de largo, me volteaba y solo esperaba un lo siento, muy típico de ti...

pero...

nada.

...

Un día decisivo que de casualidad nos tocaba limpiar el salón, el cabrón te dijo que si te esperaba y tú le dijiste que no era necesario, él te contesto con un, ok pasándose a retirar.

Estábamos solos, era muy pesado el ambiente, yo te quería hablar, pero no me lo permites cada vez que te intento hacer dialogo, tú me ignoras.

-¡Maldita sea!, ¡que rayos te pasa Deku!, que hecho yo, ¡ni la mirada me diriges! - te acorralo en una esquina para intentar que me hables-.

-Katsuki, déjame en paz- me dices con una voz temerosa.

Al notar que no me dijiste ese apodo tonto, te suelto inmediatamente, al hacer esto tu corres por el pasillo.

¡Rayos!.

...

Al llegar a mi casa, trato de entrar a mi cuarto, y refrescarme mi mente trate de bañarme, y tranquilizarme para hablar contigo, ya que éramos vecinos podía ir libremente, pero tenía un presentimiento de que no me querías ver.

Al día siguiente llegue a tiempo, cuando el imbécil bicolor, me golpeo en la cara y no sé porque pero le sigo golpeando, mi ira me gano y esto termino en una pelea.

-¡YA BASTA!, ¡TODOROKI!, ¡BAKUGOU!-.

Estabas llorando y llamaste a un profesor para parar aquella batalla infantil.

Nos apoyaste en la sanación, tú estabas poniéndome unos parches en la cara y deteniendo mi sangrado de nariz.

-lo siento Izuku-.

-Es raro, que tú te disculpes-.

-siento que a ese mald... sujeto, lo que paso, cierto-.

-Se los dije a Uraraka, de pura casualidad, todoroki escucho-.

-Sí, pero, de verdad, te lo quiero decir, ese día, me llamaste por mi nombre, me asuste de verdad-.

-a mí me asustaste más-.

- ¿podríamos iniciar de nuevo? Si tú quieres-.

-de acuerdo, prométeme no ser un agresivo, sé que es difícil de tu parte, pero júrame que no volverás-.

-te lo prometo-.

Casi inmediatamente, hubo un brillo en tus ojos, esos ojos color esmeralda, que tanto me encantaba.

-Me iré a curar a todoroki, quédate quieto, si-

Solo asentí, con un poco de sonrojo.

...

Fuimos regañados y ausentados por tres días, mi reacción fue conformista, ya que lo que me importaba se hizo precente.

Al salir del instituto, ese cabrón me paro en una esquina de la puerta.