운동

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[Ejercicio]

Entro al gimnasio mordiéndome el labio. Hay muchos chicos, todos grandes y gordos o musculosos. ¡La cuestión es que todos son mucho más grandes que yo! Me hacen sentir pequeño, mierda.
Siento un brazo algo fuerte tomarme por los hombros y acercarme a un cuerpo. Instintivamente me asusto tratando de apartarme pero me agarra con mayor fuerza haciéndome mirarlo. Es Coups.

            — Mierda, tío. Me asustaste —me quejo viéndolo de cerca. Joder, la pubertad definitivamente le ha golpeado.
¡¿Por qué sigo pareciendo un niño entonces?!

           — Eres como un gatito asustadizo —se burla tomándome por las mejillas.
Y yo, como un buen tonto, me asusto y lo aparto.

           — Venga, enséñame qué debo hacer.

Me golpea en la espalda con algo de fuerza mientras comienza a caminar hacia el fondo del gimnasio. Está lleno de colchonetas y espejos, parece ser la zona en la que hacen Yoga, G.A.P, Pilates y todo ese tipo de ejercicios.

            — No pretenderás que me abra de piernas o algo por el estilo, ¿verdad?

SeungCheol ríe negando con la cabeza. Su pelo se agita suavemente haciéndome pensar cuán suave debe ser. Ya tendré ocasión de acariciarlo.

             — No, no. No necesito engañarte para eso —se burla y respondo con un golpe en su brazo a lo que él me deshace el pelo pero deja su mano en mi cabeza —. Quiero ver cómo es tu estado físico así que... Haz tantos abdominales como puedas en un minuto.

Parpadeo confundido durante unos segundos. ¿Acaso no ve mis michelines? Con suerte hago uno y no vómito.

              — *형, no creo que pueda hacerlo.

[Hyung creo que se romaniza así. Es irónico que lo sepa escribir en coreano pero no romanizado, no me maten].

Ahora él frunce el ceño quitando su mano de mí. Se aparta un poco y me mira.

            — Oye, sé que el deporte no es lo tuyo pero solo son unos abdominales. Se supone que has venido a ponerte en forma. Además, ¿puedes bailar durante cinco horas o más seguidas pero no hacer abdominales durante un minuto? No me jodas. Ya estás haciéndolos y si haces menos de veinte te castigaré.

Sale mi lado competitivo y desafiante. Puede ser mi hyung o lo que quiera pero a mí nadie me habla así.

          — ¿Castigarme? ¿Cómo?

Me empuja al suelo y se agacha.

           — Ya lo verás —responde con una sonrisa que definitivamente mojaría las bragas de cualquier chica.
Siento un tirón en mi entrepierna. ¿Qué coño? Dirijo mi mano ahí y froto incómodo. Debe haberse movido el bóxer o algo.

Rindiéndome a la petición de mi queridísimo amigo me tumbo poniendo las piernas como me indica. Él se sienta sobre ellas y coloca sus manos sobre mis rodillas.

              — Puedes comenzar—ordena.

Gruño y comienzo a tratar de hacerlos. Con un esfuerzo monumental me consigo levantar hasta que mi frente roza la suya. Lo miro a los ojos sonriendo y vuelvo a bajar. ¡En tu cara Cheol! ¡Hice uno! Más motivado que anteriormente, me decido por tratar de hacer el doble de los que me pidió.
Vuelvo a subir rápidamente, y, como si fuera ya una tradición, le sonrío para volver a bajar. Nuestras miradas de encuentran cada vez que me acerco y poco a poco la suya parece oscurecerse. Está picándose*, lo sé.

[No sé si en todos los países es así así que por si acaso lo explico. Picarse es como enfadarse de por algo de una manera más suave, algo competitiva. Cómo un no me jodas. Sorry, no sé explicarlo].

Bajo aún más rápido y me impulso con fuerza para subir pero calculo mal y tomo demasiado impulso chocando nuestras frentes, seguido de nuestras narices pero resbalan la una contra la otra y, de golpe, nuestros labios chocan. Siseo alejándome. Me duele la frente, mierda.

           — Lo siento, Coups. Me motivé. ¿Cuántas hice?

Él se frota los labios haciendo una mueca mirando hacia el suelo para luego levanta la mirada hacia mí.

           — ¿Qué? —pregunta mientras su reloj pita —. Me has hecho daño, creo que me sangra el labio.

         — ¿En serio? —me sorprendo acercándome para comprobarlo —. Lo siento, en serio. De todos modos, ¿cuántas hice? —insisto mientras tomo su barbilla para poder ver bien su labio.  Al no ver nada así, me acerco más y toco suavemente tratando de descubrir donde le duele. Mi amigo gruñe y me quita la mano.

           — Arde, para. Hiciste veinticinco. Algo penoso pero superaste mis expectativas.

Hetero. ✓ [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora