Hetero. ✓ [JiCheol]

예뻐요!

¡Bonito!

Hacía tiempo que no sentía esta tranquilidad.
Tan solo estaba con Wonwoo leyendo. Todo estaba en silencio pero se sentía cómodo.
Como siempre él tan solo se enfocaba en la lectura, nada más. Yo leo un libro sobre la historia del baseball, él lee Macbeth. Eran un poco contrarios pero había la misma pasión.

Un ruido interrumpe nuestra tranquilidad. Ambos alzamos la cabeza para encontrarnos con Jun. Lleva un plátano en la boca y mastica ruidosamente.

        — Hola —saluda con una sonrisa despreocupada.
No era muy bonito de ver pero él es bastante mono.

Miro a Wonwoo de reojo. Él sí que se ve guapo. Apreciaba su belleza pero Wonwoo no me atraía. Ese chico emo era del grandullón de Mingyu.

       — Copas te busca, enano —me anuncia el chino.

Yo lo miro confundido. ¿Para qué me buscas ahora ese gordo?

        — Dice que te debe una bofetada por algo.

Y siento que se me congela la sangre. Se ha enterado. Seguro que sabe que la enfermedad era falsa y quiere golpearme.

         — Dile que venga él.

Jun se encoje de hombros y sale de la biblioteca.
Bueno, como sea. Vuelvo la vista a mi libro y sigo leyendo. Mi pasión siempre ha sido la música y los libros. Nunca he sido un chico muy popular porque soy un poco borde, antisocial e imbécil. Pero, además, soy bastante bajo de altura. Ésto echa hacia atrás a las chicas y atrae chicos. Menos mal que soy bisexual, ahora me viene bien.
Pero, a mí, me gusta SeungCheol así que tampoco me sirve de mucho.

Poco después vuelve a aparecer Jun pero acompañado de mi mejor amigo.

       — ¡Tú, maldito! —llega Cheol gritando.

       — S. Coups —respondo serio porque odio que me corten tanto mientras leo.
Wonwoo resopla. Él me entiende.

       — ¡Cómo te atreves! Eres un hijo de... Pienso golpearte, ¡diez veces!

Ahora sí que lo miro. ¿Qué está mal con él? Tampoco creo que sea para tanto lo que sea que haya hecho.

       — ¡Todos fuera! ¡¡AHORA!! —brama.
Comienzo a asustarme hasta yo.
Nunca lo había visto tan enfadado. Sus manos tiemblan ligeramente, su mirada es oscura... Para ellos fuera de sí.

Nuestros amigos hacen caso, rápidamente salen de la biblioteca mirando extrañados a SeungCheol.

Éste ahora se acerca a mí a paso rápido y me levanta.

       — ¿Por qué lo hiciste? ¡¿POR QUÉ NO ME HAS DICHO NADA?!

        — No lo entiendo, Coups. ¿Qué pasa?

Él parece enfadarse más ante mis palabras. Cierra los ojos y se frota la cara frustrado.

        — ¿No lo sabes? Harás como si no supieras nada, ya veo.

         — ¿Qué es? Dime.

Él suspira y me mira rendido.
Parece que por fin me lo dirá.