I

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El Gran Rey estaba, en términos generales, enfadado.

Enfadado, enfadado.

Su Tsunayoshi no aparecía. Y lo último que sabía era que estaba con el maldito de Hibari Kyoya, su antiguo prometido.

Antiguo, porque él anuló ese compromiso.

Detestaba que su castaño fuera a ver al vampiro. Lo odiaba mucho.

Y más que no aparecieran ninguno de los dos.

Y lo odió mil veces más cuando Lambo, la vaca idiota, apareció todo nervioso por su puerta y con una cara de circunstancias que no se la quitaba ni Dios.

—¿Dónde está Dame-Tsuna? —exigió saber con molestia—. Más vale que tu respuesta me guste porque sino...

—No intimides al pobre, Reborn —riñó Fon, su consejero y la pareja del inútil frente a él—. Nada ganarás con eso, Tsuna-kun sólo ha ido a ver un amigo, no seas tan...

—Parece ser que Tsunayoshi tiene alguna clase de relación con el hada de la piña —soltó un alterado Lambo—. Como este ha desaparecido solicitó la ayuda de Hibari para buscar...

—Espera, más lento —frunció el ceño el rey—. Creo que no estoy entendiendo bien.

—Según lo que sé, Tsunayoshi y Hibari fueron a buscar a la hada Mukuro porque Tsunayoshi tuvo algo con él...

Reborn frunció el ceño de manera notable, y Fon se alarmó.

—Lambo-kun, ¿seguro que entendiste bien?

—¡Eso decían!

—Voy a matar a esa piña hija de su madre.

Reborn transformó a su inseparable camaleón en pistola.

—Reborn, seguro que ha sido un malentendi... —para cuando Fon quiso hablar, Reborn ya se había ido.

El chino frunció el ceño y se giró hacia un más calmado Lambo, quien miraba todo con curiosidad latente en sus ojos verdes, suspiró.

No podía enojarse con su niño...

Regresando a Tsuna. El castaño seguía como podía el furioso paso de la alondra, se dirigía hacia donde, supuso, Mukuro pasaba gran parte de sus tardes cuando Kyoya estaba demasiado ocupado como para hacerle caso o ser acosado.

Un parque abandonado que le iba como anillo al dedo.

—Nagisa Chrorometra me va a escuchar —murmuró entre dientes—. Y la tal María Magdalena también.

Aparentemente, Hibari seguía sin superar el amorío de su... "Mejor amigo" y esa hada extraña con fetiche por los anteojos (Tsuna había visto suficiente de ella y aquel chico llamado Chikusa... Quien por cierto no estaba nada mal).

Cuando encontraron a ambas muchachas, estaban jugando al parchís.

—¿Dónde está ese maldito cobarde?

Kyoya irrumpió como carnívoro macho que era.

—¿Quién? —cuestionó Nagi.

—El hijo de la gran fruta que tienes por hermano.

—Te dije que ha desaparecido...

Su mirada pasó a la pelirroja.

—No tengo ni idea, loco de las peleas.

—Como me entere que lo estáis ocultando, os morderé hasta la muerte.

La pelirroja rodó los ojos mientras la otra chica le sonreía con cariño al sin aliento de Tsunayoshi, nadie se tomaba en serio las amenazas del vampiro, bien podría matarlos a todo pero la vida y la muerte eran asuntos sin importancia en los últimos tiempos.

The Search II: La ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora