II

258 42 7
                                    

Piña, piña, piña.

Qué mal has hecho al desaparecer.

—¡No lo tengo aquí!

El rey Dino era un ignorado de la vida, eso se notaba. Enma lo miraba molesto, celoso, y sobre todo deseando tocarlo.

Pero Enma era un fantasma... y los fantasmas no podían tocar a nadie.

Por tanto, comprendía que el rubio rey del reino Cavallone estuviera fijándose de más en el vampiro azabache acosado por el hada piña.

Lo que no acababa de entender es por qué Tsuna tenía un tridente idéntico al de la piña.

Chikusa por otro lado...

Hacía cuentas.

Mukuro-sama había creado un doceavo monstruo aquel mes y recién estaba a diecinueve.

Reborn tomaba un té con Romario.

Se les notaba a todos tan felices.

—Herbívoro, no te sirve de nada esconderlo.

—¡No lo estoy escondien...!

Cayó encima del azabache por un tropezón, y se espantó al ver la tonfa contra su cuello.

Enma estaba molesto. No quería verlo con ese vampiro, lo odiaba. Y menos tan cerca, tan...

—¡Reborn, ayúdanos! ¡Tú eres el rey, sácaselo!

—Yo no me meto en eso.

—¡Reboorn! ¡Porfaaa!

—Que no.

—Per...

—A menos que...

Tsuna entendió la mirada, se sonrojó e hizo pucheros pero asintió.

Esa noche, sin importar si seguían donde Dino o no, el rey tendría un león revoltoso como más le gustaba.

Así que con magia, porque al castaño no le gustaba que tocara a otros, levantó a Cavallone de encima del molesto vampiro y se lo lanzó al celoso fantasma.

Algo extraño sucedió, porque el rubio tumbó al pelirrojo.

Hubo contacto...

Y Dino enrojeció entendiendo que su ex tutor no tardaría en atar cabos.

Enma se ruborizó. Su fantasmal rostro era igual a su cabello.

—Di-Dino-san...

—Yo... lo siento, Enma...

El pelirrojo era un niño feliz. Es decir, ¡Dino le había tocado! Eso era más de lo que había podido soñar.

Pero, ¿cómo...?

—Dame-Dino...

El rubio sonrió nervioso. Muy nervioso.

—¿S-Sí...?

—¿Qué se supone que has...?

—¡Oh, Mukuro! —se giró hacia Kyoya— Dijiste que se perdió, ¿no? Romario, busca en los registros, seguro hay algo.

—Din...

—¡Es más! —siguió— ¡Te ayudo, hombre, te doy el día libre!

Y se fue.

Tsuna le dio un 8/10 a su huida.

No era tan bueno como él ni de lejos.

—Reborn, déjale... —se acercó al azabache y le puso una mano en el hombro—. O me pondré celoso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 26, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Search II: La ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora