La hija de la liga de la justicia

Capítulo 5

Me había levantado temprano y decidido caminar por el borde de la islita en la que estaba la Torre, apenas estaban asomándose los primeros rayos de luz y la neblina se esparcía, salto a una roca que sobresalía y miro el sol salir, sonrío y siento como mi cuerpo absorbe su radiación. Pasado unos minutos  vuelvo a abrir mis ojos, camino por las rocas y regreso a la Torre. La mayoría ya estaban despiertos.

-Buenos días- le sonrío a Raven y me siento en el banquito a su lado.
-Hola- corresponde mi saludo y me extiende el cereal
Le agradezco y me sirvo un tazón muy copeteado, un poco de leche y pa'adentro.
-jamás creí que comieras igual o peor que Garfield- dice algo sorprendida
-que puedo decir... me gusta comer mucho- me apena un poco pero eso no me detiene a terminar mi desayuno, junto con Star, quien se nos unió a la plática.
-se ha puesto una feria en la ciudad, ¿no sería genial ir mañana? Le he dicho a Dick y ha dicho que después de la junta lo decidiremos-
-No creo que los demás se nieguen - miro el reloj de la ventana, pensativa
-¿Pasa algo ___?- me mira Star
-no, solo que en un rato saldré, tengo que ver a alguien - les cuento.
Y después de una mirada extraña de Star; algo entre diversión y complicidad, me retiré a la sala de juntas.
Después de la junta, donde se habían repasado las tareas de la torre y nuestros sectores para la ciudad, además de la salida a la feria a la que iría todo el equipo.
Entré a mi habitación y cambié mi ropa por mi traje pero sin las partes de armaduras, era increíblemente cómodo para entrenar, y como ahora nadaria. Salgo de la torre seguida por Garfield quien jalaba a Roy.
-¿Algún día podremos ir a Themyscira? Seguro hay chicas preciosas, deberíamos ir ahora mismo, puedo ser un delfín o algo y seguirte el paso, no sé Roy ¿qué opinas?-
Miro a Garfield y le sonrío burlona -no iré a ver a mi abuela Garf, voy a Atlantis-  les sonrío
- ¿¡Enserio?! ¿y eso?- dice sorprendido
- El Rey y la Reina celebran su décimo aniversario de Bodas, un día festivo en mi hogar- se escucha la voz de Aqualad quien se acerca a nosotros
-¿Irán juntos?- interviene Roy
-pensé que ya estarías ahí Garth- le digo al Atlante
Resulta que él de atrasó y por eso aún no estaba en su ciudad, me preguntó que si quería fueramos juntos y le contesté que claro.
Nos despedimos de nuestros amigos y saltamos al agua, pronto nos sumergimos, nadando en silencio. Miro de reojo a Garth, el suele usar su largo cabello siempre suelto, se le movía graciosamente. El silencio fue roto por un sollozo, que solo yo parecía escuchar ya que Garth no se detuvo. Le tomé el pie para que se detuviera.
-Escucha, alguien llora- le digo y
Garth escucha con cuidado
-creo que es una ballena- pasados unos segundos él lo escucha, nos sumergimos más hasta que todo queda obscuro.
-esto parece un cementerio de barcos- murmuro
Nadamos entre los restos hasta que la diviso, una ballena joven le había caído un barco enorme y le aplastaba la cola, no podía moverse y empezaba a emanarle la sangre... Sería comida de tiburón en poco tiempo o se asfixiaria.
-Pobrecito- susurramos y nos acercamos para ayudarle
-levantaré el barco, así podrá salir- murmuro y Aqualad le empieza a hablar para calmarla, tomo el borde del barco cerca de la cola y lo levanto, lo suficiente para que el pequeño pueda escapar.
-Eres libre amiguito-  le sonrío acercándome a él y acariciando su lomo.
Nos agradece y sale nadando a la superficie, lo observo irse con una sonrisa y giro mi vista hacia Garth, quien me miraba, le doy una sonrisa.
-Vamos, no nos vayamos a perder la fiesta- me impulso y empiezo a nadar, a los pocos segundos Garth está a mi lado.

*Un rato después*

Estábamos entrando a Atlantis, el color y brillo de la ciudad era espectacular, la gente se movía de un lado a otro sin parar, se notaba que era un día especial. Toda clase de animales marinos, niños, parejas, grupos de amigos, todos se veían animados.
-Todo se ve increíble Garth- le comento, él me mira con una sonrisa
-Aún no has visto nada- me sonrió y nos dirigimos al palacio.
Cuando llegamos a la entrada se nos acercaron los guardias, ya saben, seguridad ante todo, vieron a Garth y lo saludaron.