"UNO"

5.6K 330 138
                                    



El sonido de la radio junto a las voces de sus padres lo habían despertado. Ahora era consciente del frío que hacía y de cómo su cabello se había pegado un poco a la ventana debido a que había dormido apoyado en ella desde que salieron del aeropuerto.

Se separó para acomodarse y estirarse. Colocó una mano en su cuello. No volvería a dormir de esa manera, el dolor que ahora tenía en esa zona era un tanto fuerte. Miro su reflejo en la ventana, tenía su cabello hecho un desastre. Trató de acomodarlo lo mejor que podía pero unos cabellos no se quedaban en su lugar.

-¡Jungkook, cariño despertaste!-

Podía ver la sonrisa de su madre desde el retrovisor, la combinación de su blanca dentadura junto a sus ojos cafés le parecía de lo más divertida en esos momentos.

-¿Cómo has dormido hijo?- acomodo el retrovisor de manera en el que ahora el pudiera verlo.

-Tan bien que ahora el dolor en mi cuello es como un demonio.-

Noto como la sonrisa de ambos desaparecía y su ceño se fruncía en seriedad.

-Jungkook no hables a la ligera, ya sabes qué palabras prohibidas e impuras como esas están fuera de discusión. Tenemos suerte que el Señor este de nuestro lado y nos proteja.- acaricio la pequeña estatuilla y rosario que colgaba justo en la base del retrovisor.

Se lanzó de espaldas suavemente sobre los asientos y recostó su cabeza en el vidrio, justo como había despertado. Cuando sería el día en que sus padres dejaran de creer en esas tonterías. Eran adultos y no podían separar la realidad y la fantasía.

-¿Jungkook ha quedado claro?-

-Si papa.-

Miraba sin emoción los cientos de árboles que estaban de lado junto a la carretera. Solo esperaba que Böhlen no fuera tan aburrido como lo esperaba. Aún no entendía la gran idea de sus padres de mudarse de pronto hasta Alemania. Al principio estaba emocionado, el pensamiento de tener una vida en Berlín le hacía mucha ilusión. Lastimosamente sus padres le dijeron que no pensaban mudarse a la gran ciudad, querían vivir tranquilos. Böhlen había sido su "gran elección" un pequeño pueblo alejado de la ciudad.

No fue el único en quejarse, Jimin también había soltado unas cuantas rabietas. Estaba apunto de comenzar la secundaria con sus amigos, la idea de mudarse tampoco le había agradado.

Giró su cabeza a un lado, donde podía ver a su hermano menor dormir tranquilamente pero en una posición incómoda. No pudo evitar que un gesto de dolor se expresara en su rostro, sentía lastima, Jimin estaría todo adolorido cuando despertara.

Sintió que su padre giraba hacia la derecha y que el auto iba deteniéndose poco a poco hasta que quedó estacionado. Bajo el vidrio y saco la cabeza de la ventana. Estaban en una pequeña gasolinera, miro hacia los lados y no había nada, estaba desierto a excepción del hombre obeso que estaba dormido sobre una silla que no le faltaba mucho para quebrarse por aguantar ese peso. Entre más lo observaba más asco tenía, se notaba que aquel hombre no se había bañado en días y no tenía ni el pudor de subirse la cremallera del pantalón.

Su padre se había bajado del auto y avanzaba camino donde aquel hombre. Se paró un instante para decirnos mediante unas señas a mi madre y a mí que no nos bajáramos del coche todavía.

-¡Hey amigo! ¿Está abierto?-

Su padre grito tan fuerte que el hombre se había levantado un poco asustado. Pero el tipo sonrío al ver a su padre. Estaba a punto de vomitar, los dientes amarillentos de aquel hombre le habían parecido de lo más repugnante hasta el momento.

BÖHLEN [VKook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora