Dom fetish +18

4K 288 108
                                    

Era domingo, el rubio dormía abrazado a su espalda, podía escuchar perfectamente la respiración pausada y los latidos de su corazón. Changkyun sonrió con dulzura y buscó el celular tanteando la cama. Cuando observó la hora apenas eran las siete de la mañana. La rutina de levantarse temprano no lo dejaba disfrutar de dormir junto al calor de su chico. Pero al menos podía decir que iba a aprovechar las horas libres por completo. Sonrió de lado y se alzó, sentándose en la cama, movió el cuerpo grande y fornido desde los hombros. Hoseok seguía siendo dormilón, aunque eso le parecía realmente adorable.

— Wonho. Levántate. Hoseok... — sus dedos se deslizaron por su cabello, estaba algo enojado por no recibir respuestas rápidas y aunque se derretía al verlo así de lindo no podía dejarlo pasar, era su labor domesticarlo correctamente. Apretó el agarre, tirando hacia atrás con fuerzas, logrando que un chillido y un movimiento brusco se creara en el cuerpo ajeno. Cuando sus miradas se cruzaron el rubio empezó a jadear de los nervios, alzándose algo tosco sobre la cama. Parecía realmente mareado y se quedó mirando a la nada hasta que la voz del menor se hizo presente.

— Ve a bañarte y baja a la cocina en veinticinco minutos. Acomoda la cama y también ponte el tapón y préndelo en dos. No te gastes en ponerte ropa. — Hoseok le miraba confundido, parecía no tener idea de lo que le hablaban. Se frotó el rostro desde un ojo hacia el otro con la palma de una mano y le volvió a mirar. Su nariz se movía a los lados y Changkyun sentía sus piernas flojas por lo dulce que era. Trató de conservar la calma, se acercó para tomarle el rostro y acariciarle las mejillas con los pulgares.

— Los minutos empiezan a contar desde que salgo por esa puerta. Despiértate, guapo. — besó su frente y enseguida se dispuso a salir, miró su reloj justo cuando apoyó el pie en el suelo del pasillo. Con rapidez pasó a cambiarse y lavarse en su otra habitación. Tenía que ir a comprar el desayuno, la merienda y la cena. Si había algo que no sabía hacer correctamente era cocinar pero Hoseok tenía que comer en abundancia. Su salud, su físico y su estado de ánimo eran fundamentales para Changkyun.

Cuando volvió de hacer las compras habían pasado veinte minutos, la adrenalina empezó a recorrerle. Esperaba por todo lo que quisiera en el mundo que el rubio no se atrasara ni un segundo. Tenía ganas de pasarla bien, pero si él no ayudaba no iba a quedar de otra y le haría estar realmente mal. Después de todo el castaño venía aguantándose las ganas de follarlo desde hacía dos días enteros.

Changkyun se tomó el trabajo de acomodar la mesa, poniendo los alimentos de las bandejas plásticas en los platos y sirviendo café caliente en cada taza. Faltaba un minuto para que se cumpla el tiempo.

🌪 🐇

Hoseok corría lo más sigiloso que podía por el pasillo. Había hecho todo en un abrir y cerrar de ojos, el problema había sido el maldito tapón. Meterse cosas en el ano nunca había sido un hábito, diez minutos enteros los había desperdiciado en la ducha, tratando con todas las fuerzas de deslizarlo sin tanto dolor. Había hecho sus necesidades y se había limpiado lo mejor posible y aún así no lograba metérselo bien. Y cuando pudo terminar con todo faltaba un minuto para tener que estar en la cocina. Corrió lo mejor que pudo sin hacer tanto ruido y justo cuando los segundos se terminaban puso el primer pie en donde el menudo chico de cabellos castaños revueltos le esperaba.

— Casi. Te escuché correr. Pensé que te había dado tiempo más que suficiente. Ven aquí. ¿Por qué anduviste llorando? — Changkyun se acercó, su calma y relajación inundaban al rubio. Cuando lo tuvo en frente los dedos pequeños limpiaron su rostro y suspiró. Estaba exhausto y acababan de levantarse. Tragó saliva y sus mejillas se fueron poniendo cada vez más rojas.

— No podía meterlo solo... es muy difícil, dolía cuando lo hacía mal. — respondió vacilante y el castaño le sonrió y asintió. Eso había supuesto desde el primer momento. Le calmó con caricias en la nuca, su cuerpo se tenía que estirar para llegar a él. Hoseok era alto, con espalda ancha y cuerpo totalmente marcado. La hermosura que poseía no dejaba en paz los ojos de Changkyun que realmente no sabían a dónde mirar primero.

The dom [Wonkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora