La vida a veces te lleva por caminos que no creías capaz de recorrer, cruzar límites que no te creías capas de cruzar.
La guita te nubla.
Hace un año contaba amigos, ahora lo único que cuento son ceros en una cuenta bancaria que me avergüenza.
Rabia.
Eso es lo único que siento.
Mirarse al espejo no es difícil, lo difícil es mirarte y no verte, no reconocerte.
Mirarte al espejo y ver un desconocido.
Mirarte al espejo y ver una sombra de lo que eras o de lo que soñabas ser.
Me veo a los ojos y lo único que veo son esos pibes y pibas inocentes que por vivir en un barrio donde las calles son de tierra o simplemente son humildes terminan con condenas interminables, ya que ellos no tuvieron la oportunidad de contratar a algún abogado de renombre amigo del juez de turno como el Dr. Gómez Alzogaray.
No salen.
Y no porque los maten adentro.
Físicamente podes salir de ahí, pero el que sale de ahí no sos vos, tu alma y tu felicidad quedan encadenadas a esos barrotes junto a los otros.
Desde hace mucho tiempo no me gusta mirarme en el espejo.