Decido no tomar más alcohol y empezar con el primer café de la mañana.
El estudio se va a llenar de gente en una hora.
Prendo un pucho y subo a la terraza del estudio.
El sol a esta hora es hermoso, me recuerda a cuando era más pibe y nos levantábamos bien temprano con mi viejo para ir a pescar a Chascomus.
Nunca en mis 54 años pescamos una mísera mojarrita, pero no me importaba, lo mejor de ir a pescar a Chascomus eran las anecdotas del viejo y su viejo viniendo a este mismo lugar donde tampoco pescaban nada.
Con los mellis tampoco nunca pescamos nada, y no es porque sigamos la tradición... es porque nunca tuve tiempo de traerlos.
Nunca me di el tiempo de traerlos, siempre había algo más importante para hacer.
Siempre había una excusa.
8:30 am.
Emilia entro a la oficina, puedo escucharla.
Seguro va a revisar el correo, después entrara a mi oficina y abrirá las ventanas y se quejara del olor a alcohol y cigarrillo que habrá, seguramente después de haber vuelto a la oficina y haberme fumado otros tres después del de la terraza y volver a subir.
Al entrar también se va a dar cuenta que todo esta muy desordenado y que mi titulo de abogado que siempre esta colgado en el medio de la habitación no esta. Se va a extrañar, pero seguramente pensara que me lo lleve a casa ayer antes de irme para, que se yo, colgarlo en mi mini estudio en casa. Porque los abogados somos medios arrogantes.
10:00 am.
Una, dos, tres llamadas perdidas de Emilia desde el estudio. El abogado será medio fanfarrón pero nunca llega tarde.
Pero no voy a atender, no puedo atender.
Pero no va a molestarme mas, seguro tuvo un problema, pobre doctor siempre tiene algún problema.
13:00 pm.
A esta hora Julia una de las abogadas mas jóvenes suele ir a la terraza a almorzar y fumarse un pucho ya que es el único lugar permitido para hacerlo en el edificio.
Lo que no se imagina Julia ni Ignacio, que hoy decidió acompañar a Julia en el almuerzo para ver si por fin va a animarse a invitarla a tomar algo al bar de la esquina, es que arriba en la terraza no solo va a estar la mesa en la que suelen almorzar los empleados, sino que también va a estar mi diploma todo roto y un abogado de renombre desangrado con los cristales de su preciado título de justicia esparcidos por todo el lugar.