¿Porqué mi vida no puede cambiar?

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Después de este momento de tensión, me quedé toda la tarde en mi habitación, sola y asustada. Estaba harta de esa vida tan horrible que llevaba cada dia de mi existencia. Desde los cinco años que planeo huir de casa, y disfrutar de la vida, pero a la vez hay algo que me dice que no lo haga. ¿De qué viviré entonces? ¿ Mis ciento-cincuenta euros de ahorro que guardaba con todo mi amor en mi cerdito hucha, no me eran de mucha gran ayuda, ya que para vivir de una manera sana y digna se necesitaba trabajar y obtener un sueldo almenos aceptable, el cual me ayudaria a pagar los gastos mínimos para vivir. Pero habéis de entender que con ocho años, edad no apta legalmente para trabajar, seria imposible. Por esta razón no tengo otro remedio que esperar un período de tiempo largo y eterno de almenos ocho años para poderme independizar legalmente pudiendo entonces olvidar esta vida y empezar una de nueva. Los estudios me iban muy bien, era de sobresalientes, me decian la empollona, porqué sacaba buenas notas estudiando poco. Tampoco creo que sea mi culpa si realizaba un estudio diario de media hora, para repasar todo el temario explicado en clase. Nadie en mi vida valoraba mi esfuerzo diario no siquiera mi própia tutora. Solamente queria vivir una vida cómo la de una niña cualquiera.
Mientras cenaba con mis padres se me ocurrieron una serie de preguntas en la cabeza que no pude evitar preguntar.
-Papá, con dieciséis años puedes marchar de casa?-Le pregunté, por curiosidad.
-Porqué lo quieres saber ?- Se estrañó mi padre.
-Nada, pura curiosidad.-Le cuestioné sin atreverme a mirarle a la cara.
-Cuando hablas con una persona intentas parecer que no hablas solo! -M'he gritó.
-Que dices papá, no te entiendo?-Les pregunté.
-Que me mires a la cara cuando hablas, niña!-Me cogió la cara por la barbilla i me la giró hacia él.
-A si me gusta! -Continúa.
-Lo siento papá.-Le respondí.
-No lo sientas, hazlo, de ésta manera no habrás de arepentirte más, niña.-Me dijo, poniéndose a la boca de una sola cucharada toda la sopa que esta podia contener.
Estaba harta de que mi padre me tubiera controlada las veinticuatro horas del dia.
-Papá, estoy harta de que me controles continuamente, tengo derecho a libertad e intimidad.-Le expliqué, lo que hacia tiempo que queria explicarle,la verdad.
-Eso que dices es mentira, yo siempre te he dejado libertad para ir y volver del colegio, para invitar amigas de tu escuela, entre miles de cosas mas, las cuales mamá y yo te damos mucha libertad e intimidad.
-Eso no te lo crees ni tu mismo, sabes que desde el dia que vine a este mundo, no me has dejado ninguna libertad.-Cogiendo saliva.- siempre he sido como tu esclava, a todas horas, hago lo que me pides, si mascullo me pegas, estoy harta de ti y mamá!-Les dige mirandolos a los dos a la vez.
-Ve a tu habitación ahora mismo!-Me gritó papá,dándole un golpe escandaloso, que me hizo sobresaltar de la silla.
-No grites tanto cariño, Lucia no tiene la culpa.-Le comentó mamá a papá.
-Desde cuando tu amor mio, estás de su parte!-Dijo papá alzando la voz.
-Lucia, ve a tu habitación que mamá y yo hemos de hablar.-Me dijo en tono más tranquilo.
-Después podré volver a bajar para comer el postre papá?-Les pregunté de forma cariñosa a papá.
-Te he dicho que te vayas a tu habitación, quieres que te lo repita otra vez?-Me preguntó mirándome con una cara de desesperación, mala señal de hecho.
-Ya marcho papá, buenas noches mamá, que descanses.-Le dije a mamá mientras subia por las escaleras para cerrarme en mi cuarto.

Una vida, una aventura #Travelawards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora