CAPÍTULO 5

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CAPÍTULO 5

- ¿Qué haces aquí? - Le dijo la persona que ahora estaba delante de ella.

- ¿Puedo preguntar qué haces TU aquí? - Ella no podía estar más sorprendida.

- Veraneo aquí, con la familia y unos amigos. - Dijo él, señalando la casa con el dedo.

- A... pues da la casualidad de que YO, soy la hija de los que veranean aquí.

- A perfecto pues ya nos iremos viendo.

Y dicho esto desapareció tal y como había venido.

Paula no podía salir de la sorpresa que tenía en la cara. No se podía creer, que de todas las personas que existían en el mundo, Oriol, el profesor de 2 º de bachillerato, tenía que ser el que veraneaba con ella.

Se evitaron durante dos semanas, ya que el enfado del profesor con ella, había terminado con su relación. Un día, Paula, decidió ir a la playa, sola. Llevaba un bikini azul con puntos turquesas que contrastaban con sus ojos. Le quedaba especialmente bien. Se sacó la camisa que llevaba encima, y ​​se metió rápidamente en el agua. La frialdad de esta, hizo que se estremeciera; nadó crol y espalda, eran los estilos que más bien se le daban. Tenía el pelo mojado, y el color, ahora, brillaba con más intensidad. Hacía un día precioso, azul, con muchos colores. Paula se sentía feliz.

En el pueblo no tenía muchos amigos; sólo se llevaba con los vecinos de al lado. Eran dos chicos y una chica de su edad. Con ella se llevaba muy bien. Eran grandes amigas. Con los chicos, bien... no mucho, pero eran simpáticos. Ella era la persona más romántica del mundo, era... inocente. No había salido con muchos chicos, pero con los que había estado, había durado mucho. Sólo uno le ha robado el corazón; se llamaba Rafa. Se habían conocido en el pueblo. Tenían muchas cosas en común, estaban a gusto juntos. La pena fue que él tenía que irse a Madrid, y ella, debía volver a Barcelona. Así terminó; y todavía no se han vuelto a ver.

Volvió a casa, muelle, y fue a la terraza y allí se tumbó en la hamaca que había. Cerró los ojos y respiró profundamente. Notó una mano sobre su hombro.

- Hola ¿qué haces aquí?

- Nada tomando el sol…

- Oye, llevo días intentando hablar contigo, pero no encontraba el momento... Mira, quisiera que nos lleváramos bien, como antes. En parte, te echo de menos.

Se quedó inmóvil ante el comportamiento de Oriol, pero respondió:

- De acuerdo, a mí también me gustaría volver a estar como antes - Le hizo una mueca con la cara y sonrió.

- Pues, te quería decir que esta noche hay una fiesta, no muy importante, sin embargo, hay amigos míos y me gustaría que me acompañaras.

- ¡Ay! ¡Qué bien! ¡Me encantaría!

- Pues a las 21:00 quedamos en la terraza.

- Allí estaré.

 Estaba emocionada, nunca había hecho algo así. Máximo había ido a un baile del pueblo que hacían por San Juan. Quería estar muy bonita esa noche.

Se vistió con un traje lila, de tirantes. Era liso pero con ondas en las puntas; tenía unos pequeños brillantes en cada extremo y por la parte del cuello también. Se puso unas sandalias con algo de tacón, negras. Llevaba un peinado salvaje; un moño deshecho. Se maquilló muy poco pero lo suficiente para resaltar aquellos ojos tan especiales.

Fue a la terraza, y efectivamente, allí estaba él, poco arreglado, pero muy guapo. Él le hizo una señal para que entrara, y ella obedeció. Ya estaban llegando, y cada vez estaba más nerviosa, no sabía el motivo de por qué él la había invitado.

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