Historia real tras la película "It"

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Si ha existido un verdadero payaso asesino a través de la historia, ese es John Wayne Gacy, un carismático y contradictorio norteamericano que nació el 17 de marzo de 1942, en los suburbios de la ciudad de Chicago, en una familia de inmigrantes europeos que se habían establecido en la cuidad debido a la gran cantidad de trabajo que ofrecían las industrias que abundaban en sus alrededores.


Desde sus primeros años, John tuvo que enfrentarse al maltrato de su padre que lo golpeaba en público con un cinturón de cuero cada vez que cometía un error, al tiempo que le gritaba "mujercita", "estúpido" y "niño de mamá".


Para empeorar las cosas, John fue abusado sexualmente por un amigo de la familia en 1951, y no tuvo ningún tipo de acompañamiento psicológico ya que guardó silencio frente al hecho.


Debido a esto hechos ocurridos este hombre se hizo violento y asi resultó ser homosexual, con el fin de saber un poco más de dinero se disfrazó de un payaso llamándose Pogo.


La estética de Pogo resultaba bastante extraña.


Debido a su expresividad, Pogo se volvió famoso en los hospitales infantiles de la ciudad, a los que llegaba sonriente, regalando globos de colores y pequeños muñecos de peluche que compraba con su propio dinero.


Como su empresa era próspera y se estaba enriqueciendo, empezó a organizar asados en su jardín que llegaron a congregara más de trescientas personas, que regresaban a sus hogares con la panza repleta y las narices impregnadas con los malos olores que expelía su casa.


Sin embargo, el olor era lo de menos, pues su esposa empezó a darse cuenta de que coleccionaba una gran cantidad de revistas y videos pornográficos, así como docenas de juguetes sadomasoquistas a pesar de que nunca tenían sexo, los cuales guardaba en el mismo lugar en donde almacenaba el disfraz de Pogo.


En diciembre de 1978, un par de vecinos lo visitaron para solicitarle que hiciera algo con el olor a putrefacción que empezaba a filtrarse por las ventanas del vecindario, a quienes les contestó que él mismo se encargaría de limpiar las cañerías, pues estaba convencido que debajo de su residencia había un nido de ratas muertas.


Ese mismo día, la madre de Robert Piest, un joven de 15 años, que trabajaba como ayudante de farmacia, empezó a preocuparse porque su hijo completaba dos días sin llegar a dormir y lo único que sabía era que había quedado de encontrarse con un hombre que le había ofrecido empleo y se llamaba John Wayne Gacy. Angustiada llamó a la Policía quien designó al teniente Joe Kozenczak del Departamento de Policía de Des Plaines, para ocuparse del caso. Él encontró una tarjeta con el nombre de Gacy en la habitación del menor y marcó su teléfono, informándole que estaba obligado a responder algunas preguntas en la comisaría.


Aunque Gacy respondió las preguntas con amabilidad y negó conocer a Piest, Kozenczak solicitó una orden de allanamiento en su contra luego de revisar sus antecedentes de abuso a menores, orden que le fue otorgada en menos de veinticuatro horas.


En poco tiempo, la Policía llegó hasta la residencia en donde encontraron una gran cantidad de instrumentos de tortura en el sótano, algunos de los cuales estaban cubiertos de sangre, por lo que fue arrestado y dejado en los calabozos de la estación de Policía.


Durante los primeros días, se mostró tranquilo y colaborador, comentando en los interrogatorios que tenía una empresa que facturaba más de un millón de dólares al año, era amigo del alcalde de Chicago y se había tomado una foto con la primera dama de la nación, Roselyn Carter, lo cual resultó ser cierto.


Al no encontrar evidencia en su contra lo dejaron libre y le asignaron dos policías para que lo vigilaran permanentemente, con los que intentó establecer una relación de amistad para manipularlos, lo que constituiría su peor error.

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