DongHae, es de esas personas que cuando lo ves de lejos, sin conocerlo, te parece atractivo de forma inmediata, alguien con una expresión de niño inocente, que en cuanto sonríe te deja paralizado y te hace sonreír también, aunque la mayoría de las veces que nos topábamos tenía un rostro serio, como si estuviera enojado con la vida, tanto así que a veces llegaba a pensar que era yo quién le molestaba, ¿Mi presencia? ¿Lo irritable que era por mirarlo sin parar? ¿Y si escuchó rumores sobre mí y no tiene una buena impresión? No tengo respuesta para ello, pero, ¿Cómo iba a ser eso posible si no sabía de mi existencia? O al menos eso era lo que creía.Nunca fui un chico que sobresaliera entre la multitud, a mí parecer era todo lo contrario, suelo pasar desapercibido la mayoría de las veces, para mis amistades no soy alguien tímido precisamente, me consideraría más bien un payaso, que siempre está haciendo alguna ridiculez para hacerlos reír a carcajadas, bromeando hasta cansarse; pero para los que no me conocen soy la persona más introvertida, entrar en confianza es algo que no se me da fácilmente, más bien me gusta observar y luego actuar, ¿Precavido? Desde que nací. Me gusta... ¿Cómo le dirían? "mantener bajo perfil". Pero DongHae, era una persona que destacaba entre la multitud, en cuanto aparecía por los pasillos, era inevitable, casi imposible que mis ojos no se desviaran instantáneamente, no podía dejar de mirarlo, hasta yo me daba cuenta de lo poco disimulado que era, sobre todo a la hora de almuerzo, momento en que los estudiantes normalmente se reúnen en el patio del instituto para compartir en grupo sus almuerzos y disfrutar de una buena charla. Como estudiantes teníamos el privilegio de asistir en un instituto que contaba con grandes áreas verdes, es por ello que todos preferían salir a respirar aire fresco antes de volver a encerrarse en aquellas salas tan pequeñas, y en épocas de verano, calurosas.
Como un día normal, todos se encontraban en el patio, sentados o acostados en el pasto, conversando, riendo, cada uno con su grupo de amigos, al igual que yo, compartiendo y jugando como siempre, pero cuando él aparecía junto a sus amistades, todo lo demás desaparecía ante mí, lo veía allí y mi día automáticamente mejoraba, en ocasiones mis mañanas eran tan desagradables, siempre peleando con mi madre antes de salir camino al instituto, pero toda la amargura acababa cuando él aparecía frente a mis ojos, literalmente arreglaba mi día, parecía ser todo lo que necesitaba para volver a sonreír. Y como había dicho anteriormente, no era bueno disimulando, entonces, mis amigos lo notaron desde el primer día, "¿A quién miras tanto?", pillado.
Todo empezó por una página de internet.
Hace un año atrás KyuHyun había conocido a un chico mediante una plataforma de juegos virtuales, con el cual conversaba todos los días durante horas, incluso habían ocasiones donde se quedaban conversando por mensajes toda la noche o hasta bien tarde por la madrugada. Luego de algunos meses manteniendo contacto vía internet, Kyu comenzó a sentirse atraído por este chico, aunque no se hubieran visto en persona y ninguno supiera sus nombres reales, solo sus apodos de jugadores; la conexión que se había creado en ellos era muy especial, pero ninguno se atrevía a confesar, por miedo al rechazo, vergüenza, entre otras razones. KyuHyun recordaba que solo en una ocasión tuvo la oportunidad de ver una foto de este chico, pero no sabía quién era y tampoco sabía si en algún momento de su vida se conocerían, hasta que ocurrió...
KyuHyun se encontraba sentado fuera de la sala de profesores, esperando allí a su profesora de filosofía para conversar con ella sobre una de las últimas pruebas que les iban a realizar dentro de poco, la verdad es que estaba preocupado por terminar bien el año ya que en este último tiempo las cosas no habían ido muy bien y tenía que admitir que había sido un flojo de primera.
Estaba tan concentrado en el discurso que le diría a su profesora, que todo lo que su mente había retenido en aquel momento se desvaneció en cuanto vio pasar a un chico de estatura promedio, pelo negro, y una mirada perdida en el pasillo, fueron tan solo tres segundos para dejar encandilado a Cho KyuHyun. Aquel chico que habían hecho sufrir y se negaba volver a caer en esa cosa insignificante llamada "amor", aquello de lo que se burló por tanto tiempo y había dejado de creer, "el amor no es más que una ilusión que idiotiza a las personas, haciéndoles creer que es lo único que necesitan en sus vidas, algo que es totalmente erróneo, porque el amor no hace otra cosa que lograr que te pierdas a ti mismo, yo prefiero pasarla bien, sin compromisos, vivir el día a día y no preocuparme de alguien más que no sea yo.", repetía cada vez que uno de sus amigos parecía estar enamorado, el amargado Kyu, así le habían respondido más de una vez, agregándolo como uno de sus apodos. Lo que no sabía era que llegaría el día en que se tragaría sus palabras, en el momento en que este chico apareció frente a sus ojos, todo lo que pensaba se derrumbó poco a poco, hasta desaparecer, olvidando lo que él creía sobre el amor. Su belleza lo había dejado sin palabras, interrumpiendo cada pensamiento que se podría cruzar por su cabeza y helado hasta los huesos, algo que le llamó mucho la atención era su mirada perdida junto a su andar torpe, todo lo que vio en ese primer momento lo atrapó, y como en las películas suelen decir "el tiempo se detuvo", demasiado cliché para su gusto, pero no se podía explicar de otra manera. ¿Era él? ¿El chico con el que habla a través de mensajes todos los días, sin excepción? No estaba tan seguro aún, su intuición le decía que si, que era él, pero estaba confundido, no quería hacerse ilusiones, ya que una parte de él se sentía feliz por conocerlo y sobre todo, por tenerlo cerca. Mientras su mente intentaba descifrar y resolver las dudas que tenía sobre el misterioso chico, la sonrisa que vio en su rostro hizo que su corazón diera un vuelco, esa sonrisa... lo volvió loco, y desde ese instante supo ya no había vuelta atrás, el principio del fin, ese chico le gustaba y mucho.
La verdad es que detrás del momento vivido, se sentía un tonto, ¿Se habrá dado cuenta? Al parecer eso era lo menos importante, lo que rondaba en su mente era el miedo, "no puede estar pasándome esto, no quiero enamorarme, no quiero volver a perderme."
Después de perder la noción del tiempo por estar pendiente de su presencia, desapareció de su campo de visión. Ese día fue un caos, todo salió mal, cometió muchos errores porque no podía mantener la concentración, ¿Cómo es posible que ese chico había logrado hacerle perder la cabeza de esa forma? Realmente no tenía respuesta para ello. Lo que si logró descubrir con el pasar de los días era que necesitaba verlo una vez más.Desde ese día no pudo olvidarse nunca de su cara, cada día lo buscaba entre la multitud de personas que existían en el instituto, el único momento en el día que lograba verlo sin falta era en el horario de almuerzo, donde siempre se encontraba sentado junto a su grupo de amigos, comiendo tranquilamente, mientras reía por algún chiste dicho por uno de sus compañeros. KyuHyun lo contemplaba como si se encontrara en algún museo, viendo alguna obra de arte o una pintura muy famosa, tratando de descifrar su significado.
La verdad es que nunca se cuestionó por qué su mirada se mantenía tan fija en él, siempre había sido algo normal, quizás solo quería contemplarlo, creyendo que nunca podría estar con él, además, quedaba muy poco tiempo en el instituto, se acercaban las vacaciones y ya no se volverían a ver hasta volver, si es que volvía. Pero el miedo lo hacía creer que era mejor así, no quería arruinar la buena relación que tenían hasta el momento, es por ello que prefería contemplar desde lejos, así nadie saldría lastimado. Nunca mencionaron el instituto, tampoco hablaron sobre si se habían visto, quizás él aún no sabía quién era Kyu realmente y de ninguna manera sabía que estaban tan cerca, ¿O si?
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Once in a lifetime.
Cerita PendekNunca olvidemos lo que nos hizo felices, no me olvides porque yo nunca me olvidaré de ti, DongHae.