5.- La pesadilla de Aioros.

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Se despertó sobresaltado al oir una voz con acento español cerca suyo, un joven de cabellos negros cortos y ojos avellana se acercó con una sonrisa de satisfacción. La cirugía para extraer la bala que se alejó en su cuerpo no resultó tan complicada por lo que su recuperación sería rápida; el joven que se identificó como su enfermero de turno anotó en un tablero todo lo que veía en esos instantes, examinó el suero y sus signos vitales, procediendo a llamar a gritos al doctor encargado.

Aioros acomodó su cabeza en la almohada exhalando aliviado, la pesadilla del intento de asesinato por parte de Shura lo había turbado a tal punto de que lo oía en todos lados.

-¿cómo te sientes?-preguntó el joven mientras esperaba al doctor.

" Tiene su misma voz", pensó apretando los dientes algo que no pasó inadvertido.

-disculpa-se apartó como si Aioros tuviera una enfermedad contagiosa-no debí ser tan confianzudo.

Un hombre enjuto, de cabellera blanca en su totalidad, sin ningún signo de arruga en su modesto rostro y usando lentes de botella, hizo su entrada al llamado desaforado del enfermero que se apartó para darle espacio.

-ya te dije Phillips-se dispuso a reprender al joven, pero se cortó en seco al advertir que su paciente se hallaba consciente, alzó una plegaria a los cielos agradeciendo por " ese milagro" ya que Aioros practicamente llegó muerto al hospital-¡ gracias a Dios! ¿ cómo se siente?

Señaló a su pecho donde se visualizaba una venda.

-sólo espero que no quede una fea cicatriz, perdió mucha sangre-comentó deshinibido-Shun hizo un buen trabajo en la ambulancia.

Tomó nota mental, para cuando saliera recompensaría al joven paramédico, su salvador. Julián lo haría sin chistar, de eso estaba seguro.

No obstante esa dicha se esfumó instantáneamente cuando recordó a Shura al cual "hirió" en defensa propia, se aventuró a interrogar al galeno sobre el estado de su ex, la expresión que puso el médico era un completo poema.

Aioros se alarmó.

-mira hijo-se apoyó sobre el respaldo de la cama de su paciente mientras rebuscaba las palabras exactas para decirle la trágica noticia-ese tal Shura jamás llegó a este hospital, según supe, fue trasladado a la morgue.

Baldazo de agua fría.

-yo no quería....-bajó la cabeza-no era mi intención quitarle la vida.

-no es momento de lamentarse hijo-dijo el médico controlando el goteo del suero-agradece que sigues con vida, porque a esta hora estarías en una caja fría siendo llorado por tus familiares y amigos. ¿ aunque me gustaría saber por qué ese tipo se volvió loco a tal punto...? ¿qué le hiciste?

-¡ doctor!-apostrofó el enfermero ante la dureza de las palabras-el pobre puede traumatizarse.

Una mueca de molestia se formó en el bello rostro del castaño deformando sus facciones, no necesitaba compasión ni protección de nadie, lo que más quería era pararse de esa cama y que le aclaren las circunstancias en que Shura se adentró al recinto donde se celebraba su boda.

Médico y enfermero se enzarzaron en una patética peleíta sobre si era factible que en el juramento de Hipócrates existiera un párrafo en el que se admitía que se le hable de esa forma a los pacientes, Aioros tomó la almohada y se cubrió la cabeza para atenuar la molestia de oírlos.

-espere señor......

-necesito hablar con el paciente Aioros Niarchos-Shion entraba como tromba a la habitación, su ceño se suavizó al verlo recuperándose.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora