Capítulo cuatro: ¡Los sueños son solo ilusiones!

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De nuevo, todo obscuro a su alrededor, o único que le iluminaba en ese instante era el anillo que portaba en su mano. Camino y camino esperando que Kuro apareciera como lo había hecho la anterior vez, pero este no se presentó y entonces recordó, le había prometido no aparecer frente a ella a menos que esta le llamara. Se detuvo y frente a ella se encontraba una roca por lo menos tres veces más grande que ella, de esta salían siete piedras de diferentes colores. Lentamente se acercó a ellas, con la mano toco la más cercana y se sintió llena de una calidez indescriptible que la hacía sentir tranquila. De pronto una ventisca se llevó todo como si de una nube se tratara y todo volvió a quedar en la obscuridad.

La mañana se presentaba con una leve brisa ocasionando que T/N se despertara de su sueño y antes de que su despertador sonara, decido no seguir durmiendo, así que se levantó para tomar una ducha y terminar de despertar, preparo su desayuno y empaco su almuerzo. Cuando termino fue directo a la escuela, pero esta vez casi no había estudiantes por las calles, suponía que era por ser temprano así que quiso esperar un poco sentada en las bancas del parque por el que siempre pasaba.

Fijo su vista en el pequeño árbol que crecía frente a ella, esperaba que pronto fuera tan grade como el resto, y lo que vio la dejo sorprendida, justo cuando pensaba que sería un árbol muy fuerte él empezó a crecer a una altura bastante considerable, "ok, esto definitivamente no esta pasando, es solo mi mente que me juega bromas", pensó y abandono de inmediato el lugar, más nunca se percató que era observada.

Corrió un poco hasta que logro divisar su escuela y tranquilizo su paso, aún era temprano y comenzó a recorrer la escuela en busca de algo que la distrajera, llego a la parte trasera de esta encontrado a una chica tratando de cavar un agujero que suponía era para los tulipanes que tena a su costado.

- Hola. – Saludo, asiendo que la chica se sobresaltara. – Perdón no quería asustarte.

- Tú... - Pauso, mientras hacia una mueca que a su parecer era tierna y se ponía de pie. – Pu... puedes verme.

T/N se tensó, quería correr, pero sus piernas no reaccionaban, soltó un pesado suspiro y su rostro a cada momento se ponía más pálido. La chica delante de ella preocupada por la cara que tenia se acercó y comenzó a reír como si la vida se le fuera en ello.

- Pero, de que te ríes. – Hablo exasperada.

- Es ... es que...es... espera. – Dijo mientras trataba de controlarse, después de unos minutos por fin pudo hablar. – Ya, uf nunca pensé que alguien cayera en esa broma, debiste ver tu cara, fue muy gracioso. – Sonrió.

- No, no lo fue, casi me desmayo. – Dramatizo. – Y yo que solo quería ayudarte a plantar tus tulipanes. – Frunció el ceño.

- Ya, ya, perdón, es que no esperaba que alguien viniera por aquí, y como te llamas. – Hablo mientras seguía tratando de cavar.

- Soy Fukui T/N, pero solo dime T/N y soy de la clase 2- A. – Sonrió y se acerco a ella para ayudarle. Tomo prestada otra pala y comenzó a cavar. – Y tú

- Soy Ana, solo Ana y soy de la clase 2-C. Que haces tan temprano en la escuela. – Pregunto.

- Pues un gusto, y bueno desperté antes y no quería seguir en casa así que salí temprano. – Sonrió y coloco la planta dentro del agujero que cabo. – Listo, terminamos.

- Jaja, gracias por la ayuda.

T/N y Ana pasaron el reto del tiempo platicando y conociéndose, se dieron cuenta que tenían gustos similares, y decidió invitarla a almorzar con ella y con sus amigas para que se conocieran. El resto del día paso tranquilo y con una nueva amiga, con la que todas congeniaron. Las clases terminaron y las amigas decidieron ir por un helado para celebrar haber conocido a su nueva amiga.

- Enserio, sigo sin entender como caíste en esa brome T/N. – Se burlo Lizi.

- Ni me lo recuerdes. – Hizo una mueca. – Ni yo lo entiendo, pero la verdad si me engañaste. – Sonrió.

Caminaron hasta encontrar una banca libre donde sentarse, platicaron por un rato más, cuando estaban por irse, el cielo se oscureció, y como en su sueño, lo único que la iluminaba a ella y sus amigas era el anillo que tenía en su mano, frente a ellas un cumulo de niebla se estaba esparciendo y de él surgió enorme perro negro con ojos rojos, el olor que esta tenía era pútrido. Su vista se fijó en ellas, estaba estática y la enorme bestia se acercaba, de no ser por una de sus amigas que le tomo de la mano para poder escapar.

El oxígeno le faltaba, no sabía por cuanto habían corrido, pero esa cosa aun las seguía, T/N deseaba que alguien las salvara, entonces pensó en Kuro y como si de palabras mágicas se tratasen apareció, pero esta ves más grande y con un par de alas del mismo color. Este ataco a la cosa que las seguía desasiéndose de él casi de inmediato, volteo a ver a las adolescentes que se encontraban aun asustadas, se acercó a ellas regresando al tamaño de un gato y se dirigió a T/N.

- Te lo dije, ya no hay tiempo, tenemos que actuar. – frunció el ceño. – O ellos vendrán por ti.

- No sé lo que hiciste. Pero espero que no vuelva a suceder. – Suspiro. Sus amigas aun no sabían lo que pasaba, ellas estaban frente a un gato que habla y aumenta de tamaño. – No quiero perder mi tranquila vida.

- ¡Ya te lo dije, no estas solo en un sueño, si esto sigue así tú y tus seres querid...

- ¡Que no entiendes... - Interrumpió. - Los sueños son solo ilusiones! – Grito y salió corriendo, ignorando el llamado de sus amigas.



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