Capitulo uno: Sueño

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CAPITULO UNO: Sueño.

Todo comenzó una tarde de primavera, donde los sonidos de la naturaleza inundaban los oídos de las personas que paseaban por aquel parque, los rayos de sol se proyectaban en el agua dando un brillo especial a las platas que lo rodeaban, las personas caminaban, unas tranquilamente disfrutando de lo que la naturaleza les regalaba, y otras a prisa, sin prestar atención al mínimo detalle de la belleza de ese lugar.

Una joven de cabello C/C y ojos C/O, se encontraba a la orilla del lago, disfrutando de todo a su alrededor, mientras imaginaba como sería la vida si todos sonrieran y se detuvieran un instante a disfrutar lo que les rodeaba. Después de un tiempo se dirigió al centro del parque pues ahí ya la esperaba sus amigas bajo un árbol, cubriéndose de los rayos de sol.

- ¡Llegas tarde! – Replico una de ellas.

- Lo lamento, pero el día de hoy es tan hermoso que no pude evitar desviarme en el camino, pero solo fue un poquito. – Sonrió.

- Como siempre, te la pasas soñando, pero que le vamos hacer, así eres y no podemos cambiarte. – Se burlo otra.

- Ya déjenla en paz, no ven que la avergüenzan. – Bromearon.

- Dejen de discutir, la película empezara pronto, y si queremos comprar golosinas debemos apresurarnos, después de todo, hoy es nuestro último día de vacaciones.

- Lizi tiene razón, dejemos de perder el tiempo, después podremos avergonzarla más, ahora vamos que se nos hace tarde.

Comenzaron a caminar por el parque, pero T/N se sentía observada, mas no le tomo importancia después de todo eran un grupo ruidoso, y las personas se les quedaban viendo.

El camino al cine corto, compraron sus golosinas y entraron, pero ese sentimiento de ser vigilada no desaparecía. Estuvo distraída durante la mayor parte de la película. Termino y fueron a tomar algo a un café que estaba cerca de sus casas.

- ¿Qué te pasa, has estado distraída desde esta mañana? – Pregunto Sara.

- No nada... - No quería preocuparlas, así que no les diría su inquietud. – Pues no les gustaría tener los poderes de las protagonistas de la historia, tener aventura, conseguir a un chico que te quiera tanto como para sacrificarse por ti, es muy romántico.

- T/N, a veces me preocupa que tu mente vuele, aunque no niego que si me encantaría poder viajar. – Sonrió Adriana.

- Son unas románticas, pero es una lástima que ya no exista hombres románticos, ahh. – Suspiro – Pero como dicen soñar no cuesta nada. – Ro mientras hacia una pose dramática.

- T/N, no crees que es tiempo de dejar de pensar en esas cosas, ha beses están tan distraída que no notas a las demás personas. Me preocupa que un día sufras un accidente, enserio debes concentrarte más en la realidad.

- Lizi tiene razón, sabes que te queremos, pero nos reocupas, promete que tendrás más cuidado y trataras de poner más atención a la realidad. – La abrazo.

- Está bien, lo intentare, se los prometo Sara. – Correspondió el abrazo de su amiga y luego de un rato de charlas cada una se fue a su casa.

T/N, fue directo a la ducha, después a su cama, pues al siguiente día tendría que iniciar un nuevo ciclo escolar, y no quería empezarlo mal. Cerro los ojos y lentamente se fue durmiendo.

Sintió el cuerpo pesado, y abrió los ojos lentamente, se encontraba en la nada, flotando. Poco a poco se reincorporo, apareció frente a ella un gato negro con una cadena plateada y en el centro de ella una rosa del mismo color en su que rodeaba su cuello, que empezó a caminar y le siguió, camino lo que parecían horas hasta que logro divisar una puerta, estaba a punto de abrirla cuando alguien la tomo de su hombro, al voltear se encontró con la figura de una mujer, la mujer trataba de decirle algo, pero ella no lograba escucharla, quería hablar pero no podía, de pronto una flecha atravesó el pecho de la persona frente a ella y la imagen se desvaneció. Regreso su atención a la puerta, pero está ya no se encontraba.

El gato siguió caminando y como si su cuerpo no siguiera sus órdenes lo siguió, pero esta vez se encontraba en un jardín lleno de flores, el gato se detuvo y la volteo a ver.

- Es hora de regresar, te necesitamos. – Hablo sin separar la vista de la peli C/C.

- ¿Quién eres? – no sentía miedo, solo paz.

- Soy tu compañero y guardián, tienes que regresar, están esperando por ti. – Se acerco.

- ¿Quiénes me esperan, y para qué?

- Tienes que recuperar las gemas, y llevarlas a él ... - Empezó a desaparecer.

- Gemas, que gemas... No espera no te vallas. – extendió su mano tratado de alcanzarlo, y desapareció.

Todo empezó a desvanecerse, su cuerpo se sintió más ligero, estaba sola en un cuarto con paredes blancas, en el centro una mesita y encima una almohada, se acercó a ver qué era lo que tenía, y se encontró con un anillo en forma de flor con siete pétalos y en cada uno un símbolo, lo tomo y las paredes empezaron a desplomarse sobre ella. Cuando despertó de sobresalto.

- Fue solo un sueño. – Tallo su rostro y se dio cuenta que el añillo con el que había soñado se encontraba en el dedo medio. – Rayos, no es cierto como llego esto aquí, se supone que solo fue un sueño. – Y sonó su despertador. – Bueno ya me preocupare después, debo ir a clases. – Tomo una ducha, se puso su uniforme, tomo su desayuno y salió rumbo a su escuela.

Por el camino, se sintió observada nueva mente, si esto seguía así estaba segura de que se volvería loca, sus amigas tenían razón, debería de dejar ese mundo de sueños y concentrarse en la realidad, y de algo estaba segura, aria lo necesario para dejar ese hábito atrás.



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