sí, ya lo encontré.-JohnDo-

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La noche de víspera de Navidad Johnny se encuentra solo, lejos de su familia.

En realidad no es algo por lo que estar terriblemente triste al punto de querer ir a llorar a la esquina de la habitación pero bueno, se siente así, ni siquiera tiene ganas de prepararse una buena cena, abre la heladera y encuentra diferentes productos pero ninguno le convence o motiva para cocinar algo, termina escogiendo un ramen de camarones (que ni siquiera traerá uno, solo gusto al caldo) en su alacena y poniendo a hervir agua.

Antes de que sean las doce en punto corre a cambiarse porque su familia le hará una videollamada, destapa una sidra y busca una copa por algún lugar, sentado frente a la laptop, esperando emocionado.

La llamada hace conexión y se encuentra con sus padres, abuelos, tíos y primos, todos levantando sus copas y amontonándose en la pantalla, Johnny intenta no dejar caer ninguna lagrima, viéndose como una persona fuerte y superada, como siempre lo ha hecho delante de los que más ama.

—¡feliz navidad mi querido Youngho!—lloriquea la abuela y su corazón se estruja

Quiere estar ahí con ellos también.

Hay muchos saludos risas y la linea se satura.

Suspira

siempre sucede pero al menos ellos pudieron brindar juntos, a la distancia pero juntos.

Resignado cierra la laptop, mirando el reloj, solo han pasado diez minutos de las doce, su copa esta medio vacía, se rasca la cabeza y decide irse a dormir pero entonces el timbre suena, sorprendiéndolo, todos sus amigos estaban ocupados esta noche ¿alguno quizás cancelo sus planes?

una sonrisa se le escapo, corriendo a abrir la puerta mientras forcejeaba con la cerradura porque esta realmente oxidada hace algún tiempo, logra abrir y se encuentra con una canasta cubierta con una tela que se ve suave y cálida de color celeste bebé.

Mira hacia los costados ¿se trataba de una broma?

A penas tiene un fino suéter rojo y el ambiente afuera esta realmente feo, nieve por todas partes, la brisa fresca que le congela los mocos de inmediato, haciéndole dar escalofríos, dudoso se pone de cuclillas para inspeccionar la canasta, levantando la tela y encontrándose con un pequeño y peludo conejo blanco— que lindo— susurra, acariciándolo de manera suave, esta totalmente dormido, parece ser un bebé conejo, lo levanta con cuidado notando que cabe perfectamente en la palma de su mano— ¿te han abandonado aquí? ¿por qué? si eres tan bello— esta fascinado con el animal.

Sigue mirando hacia los costados acunando al conejo entre su ropa para que no tenga frío, termina sentándose en la entrada de su casa, la canasta tiene un moño celeste, quizás es un obsequio, es probable que la persona que lo entrego se haya equivocado de dirección.

Pasan cerca de cuarenta minutos y nadie llega por él, de cierto modo siente lastima por el pequeño conejo, y también se siente un poco identificado con él, solos en la víspera de navidad cuando todos están festejando y pasándola bien.

Y ellos dos sentándose en la entrada de una casa, con los copos de nieve cayendo y acumulándose al alrededor.

Nadie aparece por él, Johnny suspira— bueno amiguito— el conejo sigue dormido e inevitablemente sonríe— que buen sueño debes estar teniendo, vamos, entraremos a dormir en lo cálido.— quizás esta víspera no sera tan solitaria, al menos tiene a un esponjoso amiguito durmiendo en sus brazos.

Son casi las dos de la madrugada, no tiene sueño, el conejo sigue durmiendo, recostado en un almohadón en el sillón, Johnny camina al rededor, el ramen que antes comió no le lleno y ahora tiene hambre de nuevo, revisa las guías para ver que delivery esta abierto esta noche, encontrando que el único es el de pollo frito.

¡Christmas time! JohnDo/ JohnYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora