capitulo 2

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La cabaña donde nos instalamos es bastante acogedora, es pequeña suficiente para una pareja de "recién casados".

Al igual que la cabaña el pueblo de home es pequeño como en la mayoría de pueblos Americanos, donde no pasa nada interesante y la mayoría de los habitantes se conocen entre sí. Para llegar aquí hay que tomar una avioneta, pero gracias a la tormenta que se estaba desarrollando en ese momento nuestro vuelo se retrasó.

El taxista que nos trajo nos miró con desconfianza durante todo el trayecto lo cual resulto de lo más incómodo, incluso nos llegó a preguntar que hacíamos en el pueblo, cono y yo con toda nuestra actuación preparada le contestamos lo mismo que el jefe, solo estamos un tiempo en este lugar.

-bueno Abby tu eres la líder tú dirás por dónde empezar – Conor suelta las maletas en el recibidor da unos pasos para situarse frente a unos de los sillones y desplomarse sobre este, le miro con una cela alzada.

Sinceramente no tengo ánimos de nada solo quiero cenar y desplomarme sobre la cama para no volver a levantarme. Desde que me asignaron este caso no tengo ánimos de nada, me encuentro física y mentalmente exhausta por tener que revivir lo que ya había logrado enterrar aquellos demonios y recuerdo han vuelto para acosarme y no dejarme en paz. Creí ya haberlo superado, pero al parecer me equivoque.

Justo después de aquella fatídica noche tuvieron que internarme en un centro psiquiátrico, porque en más de una ocasión trate de quitarme la vida; estuve un año en ese lugar aunque mis recuerdos son borrosos y cada vez que trato en recordar que paso durante ese año solo me provoco un agudo dolor de cabeza.

Cuando por fin Salí tuve que vivir con mi abuela en Washington hasta que hace un par de años murió de un cáncer de pulmón. Fue muy duro para mi tener que quedarme otra vez sola pero gracias a una beca en criminalística pude completar mi carrera y ser lo que soy ahora, recuerdo que después de salir de mi estado de depresión jure que aria pagar a la persona que me arrebato a las personas que más me importaban en este mundo.

Aunque en la investigación del asesinato no encontraron nada en la escena del crimen que ayudara a dar con él, por eso desde el principio decidí tomar esta carrera porque me facilitaría encontrar al responsable. Ya pasaron tantos años desde lo sucedido que resultaría casi imposible que encuentre algo pero yo no me pienso rendir.

Aunque precisamente en este momento no quiero hacer nada más que dormir.

-qué tal si comenzamos mañana ahora no tengo ganas de hacer nada – digo. Camino a la cocina con la intención de preparar algo de cenar, bueno si hay algo.

Abro el refrigerador y para mi sorpresa está lleno, ahora que fijo la cabaña está equipada con todo muebles, implemento de cocina y de aseo todo en perfecto orden.

-vaya el jefe pensó en todo – doy un respingo al escuchar la voz de Conor justo en mi cuello, no sé en qué momento llego. Odio cuando hace eso, incluso una vez me asuste tanto que tropecé con una mesa y tenía un plato de sopa hirviendo en las manos, termine en el hospital con quemaduras de primer grado en las piernas.

Pese a eso no puedo odiarlo, desde esa vez se muestra más cariñoso conmigo incluso después de aquel incidente de la sopa – decidimos llamarlo así – tuve que pasar una semana en el hospital y el me llevo todo tipo de regalos chocolates osos de felpa y libros que ansiaba leer.

Ya me acostumbre a que me asuste de esa forma, así que no me molesta que aparezca de la nada como un fantasma.

-supongo ¿Qué quieres de cenar? – le pregunto sacando algunos vegetales. No sé ni para que le pregunto, desde que Salí del Psiquiátrico – por decirle así y no manicomio – mi abuela me acostumbro a que toda las noches debíamos cenar sopa, ya es una costumbre que yo adapte, y que para ser sincera es muy saludable y a Conor le gusta mis sopas, dice que desde que las come se siente más saludable y con energía. 

Se encoge de hombros tomando un taburete de la isla, enciende su portátil que no vi que traía en las manos.

En 20 minutos ya estamos cenando en un cómodo silencio, ambos sumergidos en sus pensamientos.

Cabe una posibilidad que el asesino que mato a mi familia no sea el mismo que ronda por este pueblo y que esté buscando en el lugar equivocado y este desperdiciando mis merecidas vacaciones pero aun así no puedo dejarlo pasar, todos los asesinos en serie tienen su forma de matar a sus víctimas y es muy poco probable que dos asesinos tengan el mismo patrón.

Por eso John – mi jefe – me dio este caso. Él estaba conlos oficiales que estuvieron en mi vieja casa esa mañana y él está al tanto demis deseos de venganza, nunca perdió contacto conmigo incluso cuando estaba enel psiquiátrico, mi abuela me contó que me visitaba constantemente a pesar deque no recuerdo nada de esas visitas, pero se volvió parte de mi vida cuando medio trabajo en la estación de policía de Chicago. Puede que con los años sevolviera más serio pero yo sé que dentro es muy buena persona.

-¿en qué piensas? – me sobresalto al escuchar la voz de Conor, estaba tan entretenida pensado en mi paso que no me di cuenta que estaba mirando en mi dirección. 

-nada no te preocupes – alza una ceja. No me cree ninguna palabra me conoce demasiado bien.

-anda cuéntame sabes que puedes confiar en mi – insiste. Ruedolos ojos nunca puedo escapar de sus interrogatorios.

-pensaba en el patrón del asesino, la forma que actuar y dejar a sus víctimas y las escenas del crimen se parece mucho al caso de mi familia – suspiro tratando de aguantar las lágrimas que comienzas a agruparse en mis ojos. Me prometí que no volvería a llorar por algo que ya está en el pasado.

-Ey – se incorpora, camina has situarse a mi lado y estrecharme entre sus brazos – no vayas a ya, no te preocupes algún día lograras descubrir quien lo hizo – me estrecha más en sus brazos al escucharme sollozar.

Sé que solo lo dice para hacerme sentir mejor, es muyprobable que nunca lo descubra pero al menos sus palabras me hacen sentir mejor. 

Ne fallatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora