Capítulo único

2.1K 293 28
                                    


Estaban en plenas vacaciones de verano, sus últimas vacaciones escolares para ser exactos. Es por eso que la mayoría de los estudiantes habían vuelto a sus hogares, para pasar tiempo con sus familias y descansar como era debido. Con excepción de algunos que seguían en los dormitorios, cada uno con una razón distinta.

El sol brillaba con una fuerza poco común para la ciudad de Musutafu, donde las temperaturas normalmente no sobrepasaban los 30ºC.

Eran las cinco de la tarde, había 35ºC y Midoriya tenía la peor de las suertes. Su aire acondicionado se había averiado, además su madre había ido a visitar a una amiga de la preparatoria por unos días, por eso no quiso volver al apartamento.

Se encontraba acostado en el suelo de su habitación, desde que el aire había dejado de funcionar que no había movido ningún músculo, para poder concentrarse en la temperatura de las tablas y que estas calmaran su calor. No le importaba perder el tiempo, no había mucho que hacer en la residencia.

El sonido de la puerta siendo tocada lo sacó de su semi-estado de concentración, pero antes que pudiera siquiera pararse para abrir la puerta, ya estaba entrando a la habitación cierto rubio.

Katsuki se detuvo en el centro del cuarto, miró al peliverde, luego al aire acondicionado, volvió a mirarlo a él y se fue azotando la puerta. Izuku se levantó lo más rápido que pudo y lo siguió, no entendía lo que acababa de suceder y sobre todo, no sabía por qué él seguía en los dormitorios.

—¡Kacchan, espera! —corrió hacia el elevador para poder llegar antes que se cerrara, alcanzó a presionar el botón y las puertas volvieron a abrirse. El ojicarmín lo miraba con mala cara, podía notar que no estaba de buen humor—. ¿Qué fue eso? ¿Por qué entraste a mi habitación? ¿Por qué saliste tan rápido? ¿Por qué sigues acá? Se supone que tu ibas a-

Las puertas del ascensor se abrieron y Bakugo salió sin decir una palabra, llegó a la sala y se sentó en el sillón, con las piernas abiertas y los brazos sobre el respaldo.

—¡El maldito aparato de mi habitación dejó de funcionar, y al parecer el tuyo no era mejor!

Midoriya lo siguió, sintiendo el aire frío que había en el cuarto.

—¿Eh? ¿Te refieres al aire acondicionado? —se acercó por un costado del sillón. Observó al rubio detenidamente, se dio cuenta que solo vestía una musculosa y unos pantalones holgados, sin calcetines ni zapatos. El sudor que tenía en su frente caía lentamente hacia su mejilla y luego a su cuello, el pecoso no pudo evitar sonrojarse—. ¿E-es por eso que fuiste a mi habitación?

—¿Esperabas algo más? —sonrió divertido mirándolo a los ojos.

—¡N-n-n-n-no! ¡Nada de eso, Kacchan! —negó con su cabeza y brazos usando movimientos exagerados que demostraban su nerviosismo—. Pensé que me había quedado solo en los dormitorios. Tú me dijiste que pasarías todas las vacaciones en tu casa, es por eso que me tomaste por sorpresa cuando entraste a mi habitación.

—Sólo cambié de decisión, ¿algún problema? —eso no era del todo cierto, pero tampoco era mentira. Ayer cuando volvía a su habitación escuchó a Kirishima hablando con Kaminari, diciendo que el ojiesmeralda no volvería pronto a su casa y que sería el único en quedarse. Eso arruinaba la sorpresa que planeaba darle el domingo en su apartamento, tuvo que llamar a su madre para avisarle que se quedaría un tiempo más en la residencia, obviamente ella supo inmediatamente por qué su hijo hacía eso y entre risas le mandó saludos a Izuku.

Se sentó al lado de él, apoyando su cabeza en el hombro de este. —No es ningún problema, simplemente estoy feliz que estés aquí —soltó una pequeña risa.

Hace mucho tiempo que no estaban solo los dos, la escuela y las pasantías los había tenido bastante ocupados. Además del hecho que su relación aún era secreta, por lo tanto no podían estar juntos en cualquier lugar, aunque varios de sus compañeros ya tienen un leve presentimiento sobre lo suyo.

—No podía dejarte solo, idiota —susurró el rubio desviando la mirada con las mejillas levemente ruborizadas.

—¿Ah? —Pensó que sus oídos le habían intentado jugar una broma, pero lo escuchó, estaba seguro sobre ello, pero era una oportunidad para molestarlo—. ¿Qué acabas de decir, Kacchan?

—¡Dije que no quiero que quemes la cocina intentando "cocinar", Deku! —lo miró con el ceño fruncido, sabía que lo había escuchado, sus ojos brillando de felicidad lo delataban.

—Nunca cambiarás, ¿cierto? —le sonrió y depositó un pequeño beso en sus labios. Acarició la mano de su pareja y la besó—. Gracias por quedarte a mi lado.

Katsuki relajó su rostro, revolvió el rizado cabello del pecoso por un tiempo. Después de todo, jamás haría este tipo de cosas en público, su orgullo era demasiado grande para eso.

—¿A dónde quieres ir el domingo? —la preguntó tomó desprevenido al menor.

—¿El domingo? A ningún lugar en particular, ¿por qué preguntas? —miró confundido al ojicarmín.

—No me puedo creer que lo hayas olvidado —tomó las mejillas del peliverde y las pellizcó—. Es tu cumpleaños, maldición.

—Oh —fue lo único que pudo decir Midoriya, realmente lo había olvidado.

—¿Tan poco importante es para ti? —dijo burlón.

—No es eso, sólo... no pensé sobre ello. Como iba a pasarla solo aquí, no le tomé mucha importancia —sonrió tristemente. Eso hizo que algo dentro de Bakugo se removiera con angustia.

—¡Agh, maldita sea! ¡No te atrevas a poner esa cara nuevamente! —hizo que lo mirara directamente a los ojos—. Ahora no estás solo, así que no quiero verte triste ¿¡entendido!?

El ojiverde no pudo evitar soltar algunas lágrimas al escuchar sus palabras, no podía expresar lo feliz que se sentía en ese momento. Aquellos brazos que lo envolvieron se sentían tan cálidos como el calor del verano, pero eran agradables como el viento de primavera.

_______________________

Espero que les haya gustado ^^

Lamentablemente no podré participar en todas las temáticas, porque la universidad necesita que le dedique tiempo unu

 —Aki-iro 

No estás solo [One-shot KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora