Capitulo 7: Devuelta a casa

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Astrid

Estaba cansada de todo, absolutamente todo. Estaba cansada de mi padre, de mi madre, del Olimpo y sobre todo de Perceus Jackson.

No puedo creer que después de que le confesé todo... el que era una diosa y que el me gustaba mucho, me dijo que sentía lo mismo cuando en realidad sigue enamorado de Annabeth.

Las lagrimas caen rápidamente de mis ojos apenas toco el suelo de la cabaña de Zeus, es de noche, todos estan en sus cabañas durmiendo después de lo que paso en la playa.

Me recuesto en mi cama y lloro en silencio pensando en todo lo que acaba de pasar, no podia estarme pasando esto, después de todo...

-hija, Astrid- oigo la voz de mi madre retumbando en la cabaña  pero ella no esta aquí, me esta llamando desde el Olimpo

-hija, necesito que vengas ahora por favor

-esta bien, ahí voy- chasqueo mis dedos y en un segundo estoy de pie frente al trono de mi padre y el de mi madre

-hija, no llores cariño- mi madre se acerca a mi y me seca las lágrimas con la punta de sus dedos, luego me abraza y lloro en su hombro

-no debés llorar por alguien, y menos por un niño tonto como Perceus Jackson

-si, lo se papá, pero el me gustaba de verdad

-hija, necesitamos hablar contigo- mi madre se pone seria, me suelta y vuelve a sentarse en su trono

-que sucede?

-hija lo lamento, pero como nos desobedeciste, no podras seguir en el campamento...

-esta bien

-no estas molesta?

-ya no me importa- ya no me importa nada pienso

-bueno esta bien, ten tu ultima noche, trae tus cosas y mañana al mediodia volverás

-esta bien

Percy

No se lo que pasó, fue todo tan rapido.

Ahora estoy en la enfermería sosteniendo un hielo en la mejilla de Annabeth la cual esta inflamada y roja con la marca de la mano de Astrid

-cielos, te golpeo un dios hijo de Zeus y sobreviviste

-si creo... espera, dijiste dios?- Annabeth me preguntó confundida

-que!? no! claro que no- rayos

-si! dijiste un dios... NO PUEDE SER! ASTRID ES UN DIOS- grita con los ojos abiertos de la sorpresa, le tapo la boca con mi palma

-quieres callarte!? no lo grites

-okey, okey, lo siento es que... pero no puede ser- asiento con la cabeza

-es hija de Zeus y Hera

-ahhh... eso lo explica

-que cosa?

-que de ahí saco el carácter, de Hera, me lo imaginaba- sonrio ante su comentario, ella odia a Hera

-asi que... Perceus Jackson saliendo con una diosa, todo un casanovas

-callate, despues de lo de hoy no creo que vuelva a hablarme

-me disculpare si quieres, no tenia por que gritarle asi...

-lose, pero esto es culpa mía, soy yo el que me tengo que disculpar con ella

-suerte sesos de alga, todo irá bien

-eso espero

Astrid

Estoy en el baño mirándome frente al espejo.

Mis ojos son de un celeste eléctrico mas suaves que los de mi padre o incluso los de mis hermanos.

Me concentro en mis ojos, pero nada sucede, Mierda! por que es tan difícil?
Respiro profundamente y me concentro

-tu puedes- le digo a mi reflejo

tu puedes, me repito en mi cabeza; por arte de magia mis ojos antes celestes cambian a un brillante verde esmeralda

-lo hice!

No puedo creerlo. Lo logre!

Ahora intentemos con el cabello.

El cambiar mi color de cabello siempre me ponía de buen humor, pero aunque lo intente ahora, no creo que funcione.

Tomo otra respiración profunda y me concentro demasiado. Apoyo la palma de mi mano en mi frente y la deslizo hacia atras pasandola por todo mi cabello,  desde la raíz hasta las puntas.

Perfecto.

Estoy mejorando con mis poderes.

Ahora tengo una brillante cabellera rubia y los ojos esmeralda de mi madre.

Estaba equivocada, el cambiarme de color el cabello siempre me alegra.

Percy

Esa misma mañana me dirijo a la cabaña de Astrid, tengo que disculparme y arreglar las cosas con ella. Fui tan tonto... ella debe creer que sigo enamorado de Annabeth, pero Astrid realmente me gusta y demasiado.

Toco la puerta de su cabaña y me preparo para lo peor. Una chica rubia con ojos verdes abre la puerta y se queda mirándome

-ah, eres tu- bufa molesta

-Astrid?

-si, soy yo

-guau

-que quieres?

-podemos hablar?

-no quiero hablar

-por favor Astrid- ella bufa molesta

-esta bien, pero que sea rápido- sale de la cabaña y cierra la puerta, estamos los dos parados en la entrada, ella apoyada en la puerta y yo enfrente

-que sucede?

-Astrid no quise decir eso

-pero lo dijiste- baja la cabeza -te sigue gustando Annabeth?

No contesto.
No me salen las palabras, que es lo que me pasa? en realidad nose si me sigue gustando Annabeth o no

-eso pense- ella se gira y abre la puerta, pero la tomo de la muñeca y la giro

-tu me gustas- ella me mira con un brillo en sus ojos, yo le sonrío, pero comienza a llorar y se sienta en el escalón de la entrada

-ey, que sucede?

-nada Percy, no lo entiendes

-que cosa?

-no importa- se levanta y entra a la cabaña

-espera! dime por favor- ella se gira y me observa con sus profundos ojos verdes. Quiere decirme algo pero no lo hace, y lose, suelta un gran suspiro

-adiós Percy- planta un lento beso en mi mejilla y me da una sonrisa algo triste, luego cierra la puerta lentamente dejandome fuera.

Astrid

Cuando la puerta se cierra, las lagrimas comienzan a bajar como cataratas, me pongo de espaldas a la puerta y me deslizo hasta el suelo

-ey, quien era en la puert...? Astrid que te pasa?- Clarisse me estaba ayudando a juntar mis cosas

-solo...

-era Percy, no es así?- asenti

-si, y dijo que gustaba de mi

-ay Astrid- Clarisse se arodilla frente a mi y me da un fuerte abrazo. Luego me ayuda a levantarme -ahora ven, vamos a terminar de empacar.

La Diosa  •Percy Jackson•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora