Ella

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- ¿Deberíamos hablarle? - Pregunto Mike.

- Déjale que tenga su tiempo. - Antes de que siquiera Zack terminara de decir su frase Stephen volteo a ver hacia donde estos estaban.

Al chocar miradas Zack y Stephen, entre ambos hubo una cierta tensión que de seguro era mas liviana de lo que pudo haber sido cierto tiempo tiempo atrás. Mike se encontraba en el medio, "como siempre" hubiese dicho si expresase sus pensamientos en ese preciso instante.

Se observaba una amplia pesadez en los ojos de Stephen, quien recorrió su mirada luego hacia Mike y regreso a lo suyo apreciar una vez mas a quien fuese en un tiempo su mejor amiga. Mike y Zack compartieron una mirada mutua, hasta que Mike decidió acercarse.

- Stef... - dejo la palabra en el aire, esperaba alguna respuesta.

Stephen exhaló aire, pero fue lo único que obtuvo de el, aunque era mas de lo que pudo haber esperado. Stephen siguió de pie con las manos en su chaqueta de invierno; el frió era menos compasivo con el paso de los días.

Mike busco ayuda en la mirada de Zack, quien solo irguió sus hombros demostrando que no solo MIke no sabia qué hacer. Finalmente Stef reacciono.

- Déjame. - Dijo Stephen con una voz cansada e indiferente.

- Pero, Stef... - Se vio obligado a cortar, recibió una mirada brusca por parte de Stephen. - Perdón.

- Déjame. - Finiquito Stef.

Mike emprendió camino a la par de Zack diciéndole con la mirada "lo he intentado".

- Te dije le dieras tiempo. - Dijo Zack en cuanto Mike regreso con el. - Demosle su espacio.

Stephen observo como estos dos salían del salón de la casa, no sentía ningún tipo de compasión o dolor por la brusquedad con que le había hablado a Mike, no sentía lo mereciera, pero le daba igual. No había dormido lo suficiente, e incluso temió sufrir algo antes de ver por ultima vez a Clair. Deslizo una de sus manos dentro del abrigo y saco una especie de collar. Tenia un dije en forma de llave y el solo lo observo por unos segundos.

Ver el rostro sin vida de Clair le destrozaba mas de lo que por algún momento pudo llegar a pensar. Es cierto, llevaban mucho tiempo sin que se dedicaran una sola palabra, pero para él siempre permanecería en su vida, y pueda esa sea la razón por la que a pesar de todo lo que ocurrió aquel otoño decidió guardar el collar.

No iba a llorar, ya había llorado todo lo que tenia que llorar en el camino, pero eso no impidió que las ganas de hacerlo no empezaran a brotar en él. Así que solo cogió una de las manos de Stella, estaba tan ligera, tan débil, tan delicada, "tan sin vida" pensó; posó el collar dentro de la mano, la cerro y la deslizo luego en su pecho que ya no se levantaba al son de su respiración como antes. Era tan claro, eran lógicos estos detalles, se sentía estúpido al pensar en ellos incluso, pero es muy diferente, cuando estas ahí, frente a esa persona, no puedes dejar de pensar en ello. En como era todo antes. O por lo menos así era para él.

Las miradas extrañadas de los poco que se encontraban cerca entre sillas contemplándole no le importunaron, para él dichas miradas ni existían. Solo era el frente a(l cadáver de) su mejor amiga.

¿Mejor amiga? Creo era la primera vez en tanto tiempo en que al fin no pensó en ella como "quien fue alguna vez"... No, ahora era su mejor amiga, y eso le golpeo aun mas fuerte. ¿Por que? ¿Por que tuvo que hacerlo? ¿Fue por su culpa? ¿El tuvo que ver en todo eso? La culpa e incógnita le inundaba, sentía no podía mas con aquello, ahora las miradas si las sentía. La incomodidad llegaba.

Se subió la capucha, metió sus manos en los bolsillos del abrigo, su respiración se había agitado, sentía muy tenso el ambiente. Y por primera vez, dedico una pequeña mirada fugaz a los que le observaban. Probablemente la mayoría ni le conocían y para su mayor agrado él tampoco a ellos.

Echó una ultima mirada a Clair, "aun sigue siendo tan bella" fue su pensamiento instantáneo y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Se percato de que eso no podía ser tomado de buena manera, un chico desconocido frente al cuerpo inerte de una chica, sonriendole sin mas luego de haberla tocado.

La preocupación de lo que podían haber pensado se marcho al momento, no le importaba en lo mas mínimo que no supieran lo que pasaba por su mente. Pero era hora de salir de aquel salón, necesitaba relajarse.

- Oye, espera, ¿ya te vas? - Le interrumpió alguien en su paso -. ¿Tu eras el drogadicto, no? - Dijo aquel hombre con una risa socarrona.

Stephen volteo, no reconoció de a primeras esa voz grave. Su risa le hizo refrescar la memoria. Pudo ser la misma risa en el velorio de Clair lo que pudo hacerle hervir la sangre, o pudo ser simplemente haber visto a aquel hombre. Lo odiaba con todo su ser, eso era lo único que tenia seguro en ese momento, probablemente él fuese otro posible responsable de aquello. No podía asegurarlo, pero tampoco podía descartarlo.

- Hey, te estoy hablando - dijo mientras aun sonreía -. ¿Que pasa, es que ya no me recuerdas? Soy...

- Hudson. - le cortó Stephen.

- Sr. Marcori. Es apellido recuerda. ¿O no sabes ni el apellido de tu amiga? Vaya, las drogas chico- Stephen solo siguió en silencio, le observaba con demasiado desprecio -. ¿Qué? ¿Te molesta el comentario? Lo siento, no es mi culpa - dijo el Sr. Hudson entre risas leves. Stephen se contenía mejor de lo que pudo haberlo hecho alguna vez, el Sr. Hudsn estaba mucho mas gordo de lo que le recordaba. Pero si él irrespetaba el funeral de su propia hija, por lo menos él si seria decente y trataría de no cometer la misma estupidez.

- Quieres golpearme, ¿no es cierto? - Preguntó finalmente el Sr. Hudson tajante.

- Si. - Su mirada no se despegaba de él, lo decía con total convicción y seriedad posible.

Stephen solo aprecio como aquel hombre sonreía complacido ante la respuesta otorgada. Seguido tuvo que sacarse de encima la mano de Mike del hombro.

- ¿Todo bien? - Pregunto Mike preocupado, sabia lo que podía pasar si no interrumpían.

Stephen decidió solo seguir su camino fuera de aquella casa, caminando entre un porche rodeado de mas sillas y mas gente desconocida aun. ¿Cómo era posible que luego de todo este tiempo apareciese tanta gente desconocida? Para su mayor molestia, sabia en mayoría eran familiares que solo llegaban para echar la cháchara con los demás, que la muerte de Clair les daba lo mismo.

- Vamos Sr. Hudson... - se oyó decir a Zack con seriedad en cuanto Stephen se marchara.

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