Cass

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Los recuerdos engullían su percepción, decidió sentarse un rato fuera de aquella casa llena de tantos hipócritas. Al borde de la acera se encontraba sentado, observando la noche. Muy poca gente recorría aquellas calles, estaban en un punto medio de las calles principales, así que solo transcurría un vehículo cada tanto tiempo para cambiar de dirección. Pero en ese momento solo notaba las luces de los vehículos como algo lejano y ajeno a lo que su mente le permitía prestar atención. Nunca pensó en que algún momento de su vida se sentiría tan solo como en aquellos momentos. Hasta que una compañía llegó, no la recordaba de hace tanto tiempo. La ultima vez que le vio puede ser ya más de 7 años.

- Hola amiguito. - El compañero le ladro en signo de reconocimiento pensó Stephen. - ¿Cómo es que te llamabas? - Meditó unos cuantos segundos. - ¿Qué? No me veas así. Ha pasado mucho tiempo! Comprendeme! - Esbozo una sonrisa, verse ahí, hablando con un perro. Pero eso nunca le había impedido hacerlo a Clair, siempre le hablaba a su mascota como si esta le entendiese. Y por veces Stephen creía que era así en efecto. - ¿Cass? - El perro ladro por segunda vez con igual serenidad respectiva de él. - Creo que si.

Cass se acercó a paso lento donde él, y Stephen sin problemas le acarició. Sentía agradable el tacto del pelaje de aquel Border Collie. Se le notaba cansado, desgastado, pero eso no le importaba. Solo quería acariciarle.

Poco a poco el perro se acomodo entre sus piernas, Stephen no pudo evitar sonreír ante tal acto de cariño. Lo sentía, a Cass también le dolía la muerte de Clair. Dirigió nuevamente su mirada al cielo, pocas estrellas que apreciar.

Su mano se deslizaba lentamente entre el pelaje que bordeaba la cabeza de Cass, era relajante. Se recostó un poco y vio el rostro relajado de Cass, solo que esta vez no era Cass quien estaba en sus piernas. Stephen volteó la vista y se vio a si mismo, quien distraidamente le dedicó una sonrisa. Ipso facto sacudió la cabeza y vio como aquella imagen se disipaba y volvía a ser Cass quien estaba recostado.

Miró a todo su alrededor, tenia que comprobar que aquello fue solo un efecto de su imaginación por el cansancio y el impacto de todo lo sucedido. Pero una frase tan sencilla le hizo dudar por segunda vez.

- ¿Estas bien? - oyó decir de manera serena y con un timbre tan bajo que llegaba a ser un susurro.

¿Qué es esto? ¿Qué esta pasando? Eran las primeras palabras que a su mente arribaban. Acaso era el perro quien habló, no, no, no. Miro a sus lado y apreció una sombra. Apreció a Mike de pie a su lado y regreso su vista a la calle dejando salir el aire que reprimía en sus pulmones. Su corazón se desacelero, se sintió mejor al comprobar no estaba loco.

- Vamos Stef... - Mike sentó a su lado. Stephen no le miraba, solo sintió como su cuerpo estaba cerca. - Vamos, no será así para siempre, - y finalmente Stephen le dedicó una mirada, ya no era Mike, era Clair. - ¿O si? 

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