3- E X T R A

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Las puertas del negoció se abrían dejando pasar el primer cliente, un hombre alto, metido en un saco hasta las rodillas y un sombrero alto. Sonrió sentándose en la última mesa de la esquina, viendo como caía la lluvia que estaba por terminar. Un mesero azabache llego a su lado atendiéndolo.

- Buenos días - sonrió con el menú entre sus manos - Que le gustaría tomar el día de hoy.

- Café con leche - Sonrió - y si no es molestia quisiera dos...no tres rebanadas de pan dulce.

- En un momento señor - sonríe caminando a la barra y dando el pequeño pedido - Bienvenido.

Las personas siguieron entrando y otras saliendo, el azabache atendía solo ese día pero podía con todo gracias a la costumbre, su compañero llegaría en unas pocas horas mientras él seguiría.

La hora llego, esa persona había llegado y no es que fuera desagradable pero por las muchas cosas en su vida cambiaban poco a poco.

Tomo el lugar de siempre, un puesto en la terraza donde la mayoría de las personas adolescentes se sentaban en los horarios del atardecer.

- De...desea algo- dije apenado, viendo como relamía sus labios, llevando sus dedos a ellos rozándolo haciéndome pasar un cosquilleo en los míos.

- Donuts de chocolate y vainilla dos de cada una y malteada de la que quieras mi amor - le guiño, una hermosa perla azul en ellos guardados bajo sus gafas grandes y transparentes.

- E...e..e..enseguida se..s..señor- respondí nervioso, me sentía tan nervioso con su presencia más seguía con mi trabajo, constantemente me picaba el cuerpo al ser observado y no solo eso también deseaba buscar sus ojos, los bellos labios que conquistaban pero primero mi trabajo me llamaron con la orden del rubio coqueto y luego de recibirlo subí lentamente las escaleras mirándolo a la distancia. - gracias por esperar y lamento la demora-

- Por ti precioso espero una eternidad- dijo sacando el rojo bombón de sus labios, lo miraba era de fresa por su olor lo reconocí pasando su lengua por el redondo dulce, pensé que quería ser el bombón pero erradique ese pensamiento ante la mirada perversa de él- porque no intercambias.

- ¡EEhhh!!!

- Se mi bombón- me dijo pasando sus labios por este- si me quedas mirando así por que no intercambian papeles. Te chupo a ti y dejamos el bombón de lado, además quisiera saber que tan dulce eres Sasuke.

Lentamente camino dejándolo allí solo atendiendo a varios chicos que iban a la hora del desayuno a tomar café u otras cosas, mis ojos volvían a inspeccionar la callada mesita, él llevaba sus ojos a los míos tomando su Donalds con sus largos dedos y metiendo su dedo en ella haciendo enrojecer por como movía sus dedos en la inocente comida, sus labios decían pequeñas palabras que salían con morbo de esos rosas hermosos, pude divisar como puso su lengua en ella lamiéndola con gusto cerrando sus ojos mostrando esas largas pestañas rubias y de nuevo sus perlas hermosas, y por un momento sentí celos de la fea Donalds que de pronto se sentía en el cielo por ser lamida por su lengua, tocada por sus manos, observada de esa manera... Quiero ser esa Donalds.

Él se quedó allí durante todo el día, dándome clases de como comerse esa fea cosa, a la cual ya le tenía odio y le rogaba a Dios porque ningún cliente la pidiera. Ya llegada la noche salí directo a mi hogar cosa que me daba ira ya que el guapo rubia nunca estaba cuando salía solo llegaba a calentarme y ni una cita pedía, claro tampoco se la iba aceptar.

Llegue a mi cómoda casa dejando las bolsas en la mesa y mirando directo a la cama quedándome dormido en recuerdos de éxtasis por un chico de menor edad.

Al levantarme hice lo mismo de siempre pero esta vez se sentía diferente estaba positivo y sentía que el día de hoy todo iría bien, sonreí al llegar hoy temprano y encontrar por alguna razón a mis demás compañeros... Que acaso estaba soñando todos sabían que ellos llegaban casi para la hora del almuerzo.

Narrador omnisciente.

No le dio importancia comenzó atender como cualquier otro día, hasta que llegó el príncipe rubio. Esta vez se veía diferente, andaba con ropa casual un poco ajustada, sin gafas y sus labios brillosos, sin duda estaba más encantador. Subió la segunda planta donde por el momento no se encontraba nadie llego a su mesa en ningún momento no se insinuó como siempre- De inmediato subió atrás de él esta vez tomo su mano comenzando a besarla.

Por más que se corría para que no lo tocará sentir esos labios recorriendo su piel le hacían pasar electricidad, una bonita cosquilla que era indescriptible, cerro sus ojos dejándose llevar sintiendo más de ese chico encantador.

Tanto se dejó llevar que sintió su mano entre el uniforme tocando los escondidos pezones, gimió bajito no quería que nadie interrumpiera, sus botones salieron disparados dejando ver su pecho lechudo donde el rubio lamio.

- Agh- gimió dejándolo hacer lo que quisiera.

- Quiero saber...- dijo bajando sus labios llegando al plano vientre chupando y metiendo su lengua al ombligo, sentir esa corriente le hizo temblar de placer, mucho... Deseaba más que eso. - como sabes... Dulce Sasuke.

Sintió como era puesto en la mesa, donde el rubio seguía chupando, subiendo por el costado de su pecho lamiendo sus axilas, concentrándose en ese olor tan rico, volvió a lamer, Sasuke sentía su erección crecer por el idiota que no avanzaba. - ¡Mas!

Dijo, el siguió su camino, quería tocar sus labios pero su cuello le llamaba, los latidos acelerados y remarcados en el cuello le encantaban, sintió bajar sus pantalones y como estrujaba en sus bóxer para encontrar un falo que lamería, el aire estaba caliente todo allí era excitante le gustaba.

-Eres delicioso- susurro- te comeré Sasuke, te hare mío -

El solo se disgustaba de placer, dejándose llevar por sus mamadas y sus roces en el ano que le hacían suspirar. Su columna era un canal de electricidad entre su trasero y su cerebro conectándolos para responder a los estímulos del rubio, el orgasmo se intensificaban estaba por correrse en esa boca sucia esa que quería besar y que le chupara todo el cuerpo hasta no tener un control de este mismo.

- M...Me corro - articulo tomando con fuerza los cabellos rubios, subiendo sus caderas solo quedando su glúteos y poca espalda en la mesa, agitando los cabellos para que mamara más rápidos y succionaran la glande rosada que abría su orificio dejando que la leche espesa llegará a los labios del rubio, mirando claramente como su boca se cubría del semen además de sus labios observando cómo eran relamidos, sintió otro tirón en su miembro relajando sus músculos.

El bajaba sus pantalones, mostrando su gran pene erecto, Sasuke suspiraba de placer con tan solo verlo y ver que este tenía un perfecto olor a masculino, hombre - Dámelo.... adentro todo - se acercaba a tomarla en sus manos para mojarlo y que se lo hundieran como quería.

El rubio sentido las lamidas, espesas y húmedas que se lo tragaba por completo sin dejar que ninguna parte se le escapara, contento metió un dedo a la boca que lo apresaba para luego sacar su miembro y llevarlo al hoyito que le llamaba, lo ubico en su redondo y cerrado aro con malicia sonrió.

El azabache suspiró con el toque del miembro caliente en su rosada entrada y un frio abrumador recorrió su cuerpo.

Que pasaba, será que alguien había subido a la segunda planta... lo habían descubierto, pero seguía subiendo el frio en su cuerpo y se asustó, de pronto todo se llenaba de agua - desde cuando llueve aquí- se dijo para luego mirar al rubio de ojos azul y un grito lo sacó de su ensoñación.

-Mamá Sasuke no despierta.

Siestaba en un maldito sueño erótico, el mejor maldito sueño erótico de su vida.    






Lamento olvidarlo 😂😂😂. Pero aquí esta, andaba en otra tierra, jamas conocida jajaja ¡¡LO SIENTOOOOOOOOO!!

Hijo... ¿Eres Gay?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora