Where is my mind?

Así comienza...

Recuerdo aún ese sábado lluvioso en el que te conocí, jamás imaginé que íbamos a tener un vínculo tan... particular. Te presentaste y hablamos un rato, parecías una persona bastante inteligente y con valores que compartíamos en parte.

Recuerdo que al principio sólo nos saludábamos, pero todo comenzó en el mes de agosto, cuando empezamos a compartir más actividades junto a nuestro grupo de amigos, y nos veíamos bastante seguido.

Todavía me acuerdo de aquella tarde en la que saliendo del colegio, prendimos un cigarrillo y comenzamos a caminar y a hablar de nuestras actividades. Me preguntaste si me atraía alguien, a lo que respondí que no. Te pregunté lo mismo y respondiste que muchas chicas te parecían lindas.

Dijiste que yo te parecía linda también.

Te discutí durante un rato de que eso no era cierto, que para todos, yo era una persona fea. Me contradijiste, pero yo no tomé nada en serio, ni siquiera como un intento de halago.

Pasaron los días y las cosas entre nosotros se volvían más y más tensas. Comenzamos a vernos en algunos momentos pequeños dentro del colegio y en más de una situación nos acercábamos demasiado. Podía sentir tu respiración, los latidos de tu corazón y cada una de esas cosas que te hacían lo que eras. No sentía nada por vos, pero presentía que en algún momento ésto se nos iría de las manos.

Y sucedió.