Where is my mind?

24/08

Recostados en el pasto, comenzamos a hablar de cosas sin sentido. Estábamos muy cerca y eso me incomodaba, pero cada vez que me alejaba un poco me llevabas hacia vos.
Estuvimos así un largo rato, jugando y riendo, hasta que debíamos irnos. Quedamos en vernos alrededor de la mediatarde. Vos irías a buscarme a mi casa.

Y así fue, nos encontramos y nos fuimos a cualquier lugar que nos pareciera cómodo para estar, en este caso a unos bancos fuera de de un shopping. Compartimos un rato, hablamos de tantas cosas... entre ellas nuestros planes a futuro, nuestros conflictos en el pasado y qué era lo que estábamos viviendo en el momento. Todo fluía y se sentía bien.

Desde donde nos encontrábamos, podíamos observar el ocaso sobre nosotros, algo tan hermoso... hacía frío y recuerdo que ambos estábamos muy abrigados, y bastante cerca.
Me discutiste lo linda que yo te parecía, te nombré todos mis defectos físicos y respondiste: "¿Me vas a decir qué es lo que puede gustarme o no?".

No pude responder a eso.

Luego de risas y pequeñas discusiones, el momento se volvía un poco incómodo. De repente, ambos estábamos frente a frente mirándonos a los ojos, y colocaste tu brazo sobre mi espalda. Justo después de comentar algo y reírme, me acercaste hacia vos y me besaste. Así, repentinamente, sin previo aviso, tus labios se encontraban sobre los míos.
Me tomaste tan por sorpresa que me quedé helada, no supe reaccionar. Corría una fresca brisa, y mi cabello suelto interrumpió el beso.
Perpleja, sólo te miré. Vos me abrazaste durante un rato mientras yo intentaba asimilar la situación.
Intenté escabullirme de ahí lo más rápido posible, ni siquiera estaba segura de lo que había ocurrido.
Insististe con acompañarme de vuelta a mi casa. Me negué, necesitaba pensar algunas cosas. Nos despedimos y tomamos caminos distintos. No estaba segura de lo que había sucedido, tampoco lo estaba acerca de si podíamos hablar de eso más adelante.
Respiré profundo e intenté tranquilizarme. Mil preguntas invadían mi mente.