Capítulo cuatro.

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Por Harry:

Oh Dios, juro que me caso. 

 –Oh Louis, que tierno, soy la chica más afortunada en el mundo por tener un novio tan cuidadoso, detallista y romántico.

Louis rodó sus ojos -sus hermosos ojos- y rió ante mi comentario.

 – El afortunado soy yo, mi vida, porque la chica más hermosa del mundo puedo llamarle novia, te conozco desde ayer, pero ya te amo.– Contestó también sarcástico, abrazándome de una manera en que mi cara quedó aplastada en su cuello, y su mentón sobre mi cabeza. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Huele hermoso. – No, mi vida, yo te amo muchísimo más.

 – Tienes razón, tú me amas más, porque soy el mejor. – Rió. Si supiese que es cierto. Sí, sí Louis, te amo, te conocí ayer y te amo. Ok, tal vez exagero un poco, pero de verdad, ¡me gustas tanto! a este paso, esto será amor, lo sé. Mierda.

– Claro Louis, supongamos eso...

– ¿Disculpa? – Dijo enarcando las cejas y abriendo su boca haciendo una O, dejando ver sus pequeños y astillados dientes, que tanta ternura me dan. Sí, Louis, ya analicé todo de ti. – ¿quién te ayudó a estudiar ayer?

– Louis, no entendí una mierda, encima de que entiendo poco, me mareaste aún más. – Contesté.

– Si eres burro, no es mi problema. Además de que te di pizza. – Abrí la boca, pero me interrumpió antes de poder contestar. – Bueno, no importa, no acarreé almohadones por toda la enorme casa para nada. Ahora acuéstate y mira la estúpida y asombrosa película.

– Como digas, mi vida. – Le obedecí y me tiré sobre la pila de almohadones, acción que él rápidamente imitó.

Estuvimos disfrutando de la mejor película musical de todos los tiempos, cantando cada canción de memoria. De todas las veces -que, dicho sea de paso, bastantes han sido- que he visto la película, esta fue mi favorito; y es que Louis es tan divertido, que pasar tiempo con él es asombroso, me encanta, y congeniamos perfecto. Entre más paso con él, más le adoro.

En cuanto la película acabó, llegó la chica del aseo preguntando si deseábamos algo, y avisando que el almuerzo estaba listo. Louis insistió en que quedase a comer, supongo que no ha de ser divertido estar en una casa tan grande, desconocida, en una ciudad en la que no haz estado hace más de 15 años, dónde solo conoces al chico de enfrente y a la chica de la limpieza.

Comimos una deliciosa carne mechada, Louis invitó a Elisa a acompañarnos, pero ella insistió en que no quería desviarse de su trabajo. Al parecer, Elisa le pone bastante voluntad a todo, y se reflejaba bastante en el estado de la casa, o el placentero sabor de su comida.

Mientras comíamos nos quedamos sin tema de charla, y es que no es tan fácil ser fluido con alguien que conoces hace menos de un día, así que prendimos la televisión de la cocina y comenzamos a ver The Big Bang Theory, nunca antes le había visto, pero Louis asegura que es muy buena.

Solo por el verano. {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora