AmeliaDiciembre 25 de hace diez años.
—Sutt.—Murmure—.Estoy muy cansada.
Los pinos de los árboles cubiertos de nieve,ocultaban casi por completo el cielo estrellado, a pesar de tener una pijama térmica estaba empezando a temblar, no sabía si era por el frío o por...
Detente,no puedes volver a llorar o Sutter te dejará aquí sola.
Me abracé a mi misma tratando de cubrir mis manos, extrañaba mis guantes, y mis botas, y mi cazadora; pero tenía que dejar de pensar en eso, mis mejillas aún estaban pegajosas y los ojos no me paraban de arder, mis piernas empezaban a flaquear y sentía que en cualquier momento iba a caerme.
—No.—Contestó mi primo inmediatamente—.No hay tiempo, quizás Aedus y Sarah aún siguen allí...
—Vivos.—Complete por él, sabía porque lo hacía y aunque no estaba de acuerdo teníamos que aferrarnos a cada pequeño destello de esperanza—.Estoy muy cansada.
Él frena en seco y se gira hacia mi,sus ojos también están enrojecidos por el llanto, a pesar de que estaba tratando de ocultarlo, y hasta estas circunstancias noto que parece estar haciendose más grande, un poco de vello facial se asoma sobre sus labios, y está mucho más alto que la última vez que lo vi.
La última vez que lo vi,fue el día de su cumpleaños número 13, junto con Sarah; a pesar de que mamá me lo explicaba muchas veces no entendía porque cumplían el mismo día, me parecía fastidioso, compartir tu cumpleaños con alguien más, estaba segura de que no sería capaz de tolerarlo, con suerte soportaba que Aedus quisiera estar en brazos de mami todo el tiempo;mamá a pesar de ser muy hermosa también era muy inteligente, siempre lanzaba grandes discursos sobre algún tema trivial y según papá era por eso que la ama.
Amaba.
—Amelia,tienes siete años,deberías tener energía y todas esas mierdas.—Su voz es fría y casi imperturbable,muy parecida a la de papá o el tío Simon cuando se enojaban.
No podía dejar que se enoje conmigo,era lo único que me quedaba y la idea de quedarme sola me dolía aún más que caminar casi descalza en la nieve,mis ojos estaban cubiertos por una fina capa de lágrimas de nuevo, pero no quería dejar que cayeran, aún tenía miedo de que ellos nos escucharán incluso cuando llevabamos 20 minutos caminando.
—Hey,no llores.—Se arrodilló hasta quedar a mi altura—.Lamento haberte tratado mal,aún sigo asustado.
—Yo también.—Sus ojos se empiezan a llenar de lágrimas al igual que los míos;son muy parecidos a los de la tía Maddy, cuando lo observo fijamente me doy cuenta de que también está pensando en ella. Los recuerdos de lo sucedido vuelven a mi cabeza y sin notarlo ya es demasiado tarde para detener las lágrimas—.Esto es una pesadilla,tenemos que gritar muy fuerte para despertar,si eso tenemos que hacer.—Intentó sonreír.
—No,Amy,por favor detente.
—No, esta bien, todavía no lo haz notado pero es una pesadilla.—Asiento repetidas veces con mi cabeza—.Vamos a despertar,vamos a hacerlo, y entonces nos vamos a reír de todo esto mientras se lo contamos a mami y a la tía Maddy.
Una risa extraña y nerviosa surge de mi garganta,mis brazos y piernas tiemblan y mis pies se adormecen al mismo tiempo, tanto que me cuesta mantenerme de pie; los ojos preocupados de Sutter observan cada parte de mi cuerpo temblante, él me abraza y la risa se desvanece.
No es una pesadilla.
—¿Por qué no despertamos aún?—Susurró sobre la cazadora que trae puesta,la cual es excesivamente grande.
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Todas las flores de Amelia
Teen FictionLa perdición de Amelia Mason muy probablemente inicio al olvidar cerrar esa maldita ventana. La idea de un viaje a las Bahamas durante todas las vacaciones de verano sólo le permitió meter todo su equipaje en una polvorienta maleta que guardaba desd...