𝑇𝐴𝑇𝑇𝑂𝑂 | Kaihun

9

Sin separar sus ojos de la cara, sonrojada gracias al alcohol, de SeHun, Kai comienza a negar lentamente. Sus labios se han entre abierto un poco, se siente extraño, entre sorprendido y asustado.
Traga saliva y mira cómo SeHun se acerca lentamente hacia él, sin dejar de sonreír, con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón, nuevamente, Kai no se puede mover.
-Eres bastante bonito, tonto, pero bonito -Murmura cuando está bastante cerca del menor. Kai aprieta los puños y cierra los ojos sin poder hacer más.
-SeHun, lejos... -Logran salir de sus labios pequeños balbuceos con poca coherencia y apenas entendibles.
-¡Oh mira! Yo hice eso ¿Genial, verdad? -La mirada de el pálido chico se desvía hasta el brazo de Kai. El moreno abre los ojos confundido.
SeHun está a punto de volver a hablar, mas el ruido del teléfono de Kai le interrumpe, literalmente le hace cerrar la boca. Kai lo mira algo asustado por unos segundo y después se apresura a por su celular, entra a la habitación y sin mirar de quién se trata; contesta.
-¿Sí, diga? -Suelta con nerviosismo, las manos le tiemblan.
-¿Kai? ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿A qué te refieres con "voy a morir"? -Por el otro lado de la línea habla Kris bastante preocupado por el mensaje que hace unos minutos Kai le envió.
-SeHun está aquí -Se apresura a decir-. Está ebrio. Apúrate, te quiere ver y no lo soporto -Sin saber por qué su voz le comienza a temblar.
-Dejaré a Tao en su casa y voy enseguida. No salgas de tu cuarto ¿Bien? -Como pasó con TaeMin, Kai asiente como si Kris le pudiese ver, murmura un "bien" y cuelga. Debe admitir que lo último que dijo Kris le ha asustado.
En silencio, se acerca a la puerta y la cierra con cuidado, moviéndose lentamente se acerca a su cama y se desliza entre las sábanas. Su mirada se clava en la ventana como si esperara ver las luces del auto pronto. Nunca se imaginó ver a SeHun ebrio... Sus ojos se abren al recordar: SeHun le había dicho "Bonito".
Niega repetidamente, no debería tomarse eso tan en serio, lo acababa de decir, SeHun estaba ebrio, los ebrios no saben lo que dicen; tal vez sólo fue por el momento; lo dijo sin pensar. No tiene importancia.
Luego de pensar todo eso, Kai cierra los ojos con fuerza y hunde la cabeza todo lo que puede en la almohada.

Ha dormitado un poco, pero no con el sueño suficiente, pues parece escuchar el ruido de unos pasos y se despierta enseguida, Kris ha llegado. Se levanta y pega su oreja a la puerta, cuando escucha la puerta principal abrirse él abre la de su cuarto y en silencio se dirige a la entrada. Mira a todos lados y luego se dirige hasta Kris.
-¿Dónde está? -Murmura.
-No lo sé...
Kris y Kai giran sus rostros buscando a SeHun con la mirada, logran verlo dormido en el sofá. Se miran mutuamente, segundos después, con un gesto, Kris le da a entender a Kai que lo deje ahí. El mayor se dirige a su habitación seguido por el moreno.
-¿Te ha dicho algo? -Murmura antes de entrar a su cuarto. Kai se sonroja y desvía la mirada-. Te dijo algo... -suspira-. ¿No me dirás?
-Pidió dormir conmigo... Y me dijo bonito... -Susurra mientras agacha la cabeza nervioso. Kris ríe bajito.
-¿Sabes algo? SeHun suele se bastante honesto cuando se pasa con el alcohol. Buenas noches -Sonríe, entra a su habitación y cierra la puerta tras de sí. Kai se queda en el pasillo de pie, definitivamente no dormirá hoy.

A la mañana siguiente, Kai se levanta con unas buenas ojeras que representan su temida falta de sueño al no poderse despegar la idea de que SeHun estaba durmiendo sólo a unos pocos metros de él y que era posible que aquel "bonito" fuese en serio.
Cuando llega a la cocina en silencio, Kris ya ha preparado el desayuno.

Varios minutos después, SeHun abre los ojos y levanta un poco su cabeza, más la vuelve a bajar y cierra sus ojos con fuerza cuando una fuerte punzada le llega repentinamente, deja salir un quejido que le avisa a los chicos que se ha despertado.
Intenta relajar sus facciones y pasa uno de sus brazos por su frente, lo deja ahí. Siente una mirada, prácticamente lo obliga a abrir un poco los ojos, lo que ve es a Kai tendiéndole un paño húmedo, frío. SeHun le mira, Kai no dice nada, ni siquiera se mueve.
Sin despegar sus ojos del rostro ajeno, SeHun toma el paño, se vuelve a recostar y es cuando coloca aquel trozo de tela en su frente que deja de ver al moreno para intentar descansar un poco más. Recuerda perfectamente lo que le dijo anoche, se llega a sentir, incluso, algo nervioso ahora; no sabe qué decir o cómo, ni siquiera le ha dado las gracias.
Kai no parece darle importancia, se dirige nuevamente a la mesa el comedor con Kris y se dispone a desayunar.