Vida de casados.

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El tiempo pasó rápidamente Hinata y Neji tenían 2 años de casados.

Neji asumió el papel de patriarca del clan Hyuga y con ello las responsabilidades.

Era escaso el tiempo que pasaban juntos y Hinata se sentía muy sola.

Amanecía escondida en su pecho aspirando ese aroma tan único de él, le encantaba tenerlo así de cerca y poder disfrutarlo aunque solo fuera un momento.

Él trabajaba desde temprano hasta muy tarde y no tenía mucho tiempo para estar con ella y eso la hacía sentir miserable.

Sintió un apretón por parte de Neji y elevó su rostro para ver sus hermosos ojos grises, si, Neji era muy bello.

- Buenos días Hime- dijo él en un susurro ronco mientras besaba sus labios de manera pausada.

Hinata se apretó más a él, disfrutando del sabor de su boca, últimamente se sentía bastante abrumada cuando él la besaba, y quería más, pero no sabía exactamente que quería, la volvía loca hacia que la temperatura de su cuerpo subiera como si de un volcán se tratara, pero, tenía miedo.

Neji besaba con cuidado sus labios, amaba y deseaba a Hinata como un loco y sentir su cuerpo pequeño y voluptuoso pegado a él hacía que una gran erección creciera en su entrepierna y eso hacía que siempre terminara los besos abruptamente.

Cuando Neji la dejaba de esa manera tan repentina la hacía sentir vacía y frustrada.

Neji le daba un último pequeño beso en los labios y se iba a la ducha.

Todos los días era lo mismo y Hinata moría por qué él se quedaría con ella en la cama y siguiera besándola.

Neji se duchaba con agua fría para bajar el calor de su cuerpo y despejar su mente, cada día era más difícil para él contenerse y no hacerle el amor como loco.

La frustración le hacía huir y estar más ausente de lo usual, no quería hacerle daño él sabía que ella no estaba preparada y tal vez nunca lo estaría.

Se sacó la ropa y abrió la llave el agua fría lo hizo estremecerse pero no ayudó en nada con su amiguito.

Lentamente empezó acarisiandose a si mismo. un gemido ronco salió de sus labios mientras se acariciaba con más rapidez y entre gemidos pronunciaba su nombre.

Hinata...

Lo que no sabía es que ella estaba en el marco de la puerta observándolo y tan o más deseosa que él, el rubor pasó a ser un rojo rubí intenso mientras miraba a Neji masturbarse murmurando su nombre de una firma tan sexy que la volvía loca.

Su hermoso cuerpo torneado y ese vientre plano lo hacía ver cómo un dios griego y su cuerpo le gritaba que se uniera a él en la ducha.

Pero...si lo hiciera ¿Qué haría exactamente?.

Decidió mejor volver a la cama y pensar la manera de decírselo ¿pero cómo le diría?

-Neji porfavor hasme el amor-murmuro avergonzada.

-No, a sí no-

-Neji, yo quiero hablar de algo importante....no mejor no. Se decía así misma mientras se tapaba la cabeza con el edredón y todavía como loca.

Lo que no sabía es que Neji había escuchado todo mientras salía de la ducha y estaba tan avergonzado como ella y corrió al baño de nuevo, tenía una mano tapando su cara tratando de que el corazón no se le fuera a salir del pecho.

-¡Maldición! Debí haber escuchado mal- pensó mientras trataba de calmarse para salir a cambiarse.

Tomó valor y salió de la habitación, Hinata estaba tapada de pies a cabeza, quiso reír a carcajadas por qué imaginaba la vergüenza que tendría en ese momento y sabía que no podría verlo a la cara.

Se cambió de ropa rápido y solo por maldad se recostó a su lado y le destapó el rostro, la imagen de ella no podría ser más cómica.

Estaba tan roja que parecía que iba a explotar y tenía los ojos cerrados, apretados fuertemente.

-abre los ojos Hime- dijo él en un susurro.

Ella abrió los ojos con calma y olvidó por qué estaba preocupada.

Él la rodeó con sus brazos y la beso con calma logrando que ella se pegará más a él, sonrió al saber que ella también lo deseaba y siguió el beso subiendo de tono.

Hinata se sentía mareada y le faltaba el aire pero no le importaba, quería todo de él, y si moría asfixiada moriría feliz y en sus brazos.

Neji sentía su piel arder ahí en ese lugar donde su piel tocaba la de ella, sus piernas entrelazadas lo hacían querer pegarse más a ella y fundirse como si fueran uno solo.

Sus manos cosquilleaban querían recorrer cada centímetro del diminuto y blanco cuerpo de Hinata pero no hallaba la manera de hacerlo sin asustarla.

Hinata tomo la iniciativa, sus pequeñas manos entraron dentro de su camisa tocando su pecho y sacando un suspiro de los labios masculinos, logrando que Hinata pudiera aspirar un poco de aire, que no duró mucho puesto que Neji la volvió a besar pero de una manera tan sensual que Hinata no sabía si era un sueño o era real.

Él ya no lo soportaba, tenía que tocarla o se volvería loco,sus manos recorrían la espalda de ella con desesperación una de ellas bajo con calma a uno de sus glúteos y empezó a masajear suavemente

Ella no entendía como un toque tan suave podía sentirse tan malditamente delicioso, si esa era la palabra, quería más.

Neji se puso rígido durante un momento, la expectativa lo mataba quería primero ver su reacción y cuando escuchó sus jadeos se sintió aliviado y prosiguió.

Dejó de besar sus labios y empezó a bajar hacia su cuello mientras lo besaba y succionaba, saboreando cada centímetro de su dulce piel, ella curvó su espalda y arrojó su cabeza hacia atrás dándole permiso.

Él estaba extasiado, ni en sus sueños había sido tan perfecto, el deseo le había nublado la mente solo podía besarla y sentirla.

Lentamente fue bajando con sus labios de su cuello a sus pechos, descubrió uno de sus senos y empezó a besar con deseo.

Hinata se sentía en la luna, era delicioso sentir a Neji, cuando él bajó a sus senos algo hizo click en su cerebro y recordó las cicatrices que cubrían gran parte de ellos.

En un movimiento rápido con las palmas extendidas golpeó tan fuerte a Neji que salió disparado hacia abajo de la cama, en su rostro se podía ver la sorpresa.

Hinata cubría sus senos con la sábana blanca mientras gruesas lágrimas corrían por sus mejillas y su mirada estaba perdida, entonces Neji lo supo había ido demasiado lejos.

Continuará...

Inocencia Pérdida!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora