Capítulo final - Sinceridad

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Cuando abrí los ojos, mi cuerpo se sentía como si me hubieran golpeado con un bate toda la noche.

Bajé la mirada y un par de brazos se encontraban alrededor mío. Giré la cabeza para encontrar a Kevin, dormido. En las otras sillas estaban Eddy y Ed, también dormidos.

- Qué hice? - fue lo primero que pasó por mi cabeza. Si antes Will se sentía mal por lo que pasó, ahora debía sentirse prisionero.

Yo no quería atarlo a mí. Quería que se quedara a mi lado por voluntad propia.

Pero eso no era posible. Él amaba a alguien más. Y yo estaba seguro que era recíproco.

Lo supe, viéndolos frente a mi cama, en sus asientos, apoyados en el otro.

["Estás bien?"] - preguntó Kevin a mi oído.

Asentí sin pronunciar palabra. Avergonzado por mis acciones.

["Quisiera escuchar tu historia, sino te molesta"] - me pidió y saben qué? Se lo conté, sin apuros, sin revuelos, desde que conocí a Will hasta que encontré a Eddy y Ed.

A medida que fuimos avanzando, los demás comenzaron a despertar, pero traté de enfocarme en seguir hablando.

Lizzy y Will se pusieron a llorar cuando llegué a la parte de Dayanne. Ed lloraba desde el secuestro de Lizzy. Pero no me detuve. Eddy parecía querer asesinar a William con la mirada cuando supo de mi adicción.

El único que se mantuvo firme fue Kevin, acariciando mi mano mientras seguía narrando. Sin darme cuenta había apoyado mi cabeza sobre su pecho y escuchando sus latidos me mantuve tranquilo.

Una vez que terminé, el silencio sucumbió la habitación. Quería que alguien dijiera algo pero quizás, no había nada más que decir.

["Quieres escuchar la mía?"] - fue la pregunta que me salvó. Asentí y dejé que Kevin hablara.

Kevin habló de sus sesiones de terapia. El olor de una habitación ambientada en medicina, con una terapeuta que era la representación exacta de dicho olor.

∆×🧡×∆

["Pensaba que me trataba como una víctima, lo que me hacía enfurecer"] - les expliqué, rogando que Doble d no quitara su cabeza de mi pecho, como a un gato, traté de ignorarlo para que se mantuviera cerca - ["En realidad, me trataba como alguien que necesitaba ayuda. Ahora lo entiendo"]

Les conté de los días buenos, en los cuales me odiaba un poco menos. Cuando hablábamos de mi padre y cómo su frío carácter había traumado mi niñez.

En los malos días, le iba contando poco a poco la historia de cómo arruiné todo entre nosotros. Era curioso, decía la doctora, que a mí me gustaras incluso antes de confesarte.

No me creíste, obviamente. Pero Eddy me ayudó a contarte sobre nuestra pequeña pelea en el patio.

No era una mosca lo que había en mi cabeza, eras tú. Y a Eddy poco o nada le agradó la idea de saberlo. No lo dijo, pero en ese entonces, él gustaba de ti.

Cuando te confesaste, creí que Eddy te había convencido de jugarme una broma, estaba aterrado. Y me aferré a Rolf para salvarme de tomar una decisión. Y te avergoncé frente a él.

También fui egoísta y conservé tu carta, como si fuera real.

La leía a cada rato, pensando en cuál habría sido tu expresión al escribirla, y si en realidad era cierto lo que profesabas.

Ensimismado, no me di cuenta que alguien estaba detrás de mí, arrancándome la carta de un jalón.

Los chicos de mi equipo comenzaron a revolotear como simios a mi alrededor, tratando de averiguar quién podría ser la autora de dicha nota.

SINCERIDAD «Kevedd»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora