Photograph [SasuSaku]

Epílogo (Editado)

A petición de todos ustedes, he traído el epílogo de esta hermosa historia.

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Agradecimientos especiales a mi Beta: Hikari Takaishi Y

Espero que la lectura sea de su total agrado.
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Epílogo.

Su mirada permaneció perdida en la nada, últimamente se había vuelto a sentir como una mierda. Tenía miedo de ser una mala madre, temía que Sasuke se diera cuenta que ella es tan poca cosa y que se buscara otra mujer. Temía que él ya no quisiera que ella fuera la señora Uchiha. Temía que Sarada se diera cuenta de la terrible madre que ella es y la odie.

Escuchaba a la lejanía el ladrido del cachorro de Sarada, se supone que había salido al jardín a jugar con él porque se sentía sola ese día. Pero los oscuros pensamientos que la han seguido toda la su vida, la abrumaron en el momento menos indicado. No quería sentirse así, no cuando faltaba tan poco para dar a luz a sus gemelos. Tal vez adelantar su consulta con su psiquiatra sea la mejor opción ahora.

—Estamos en casa— pronunció Sasuke en voz alta.

Rápidamente se limpió las lágrimas que se escaparon mientras se despreciaba a sí misma y entró a la casa, dispuesta a recibir a su marido con la mejor sonrisa que pudiera salirle en ese momento.

—Bienvenidos— les dedicó una sonrisa forzada a ambos.

Sasuke notó de inmediato el estado de ánimo de su esposa, había aprendido a prestarle atención a sus cambiantes estados de ánimo para no cometer los mismos errores que cometió en su adolescencia.

—Trajimos la cena— Sarada mostró una caja de pizza, sin darse cuenta de la situación entre sus padres.

Durante la cena, Sasuke no le quitó los ojos de encima. Planeaba abordar el tema en su habitación cuando Sarada se vaya a dormir.

—¿Quieres irte a la cama?— le preguntó ella al oído en cuanto estuvieron a solas en el comedor.

—Preferiría charlar un rato en el sofá...— respondió —Y luego, no sé... improvisamos— finalizó con una sonrisa seductora.

—Solo si me dejas estar arriba— pidió exaltada.

Si pudiera tener a Sasuke todo el día en la habitación haciéndole el amor frenéticamente, lo haría. Y todo por culpa de sus hormonas.

—Como tú quieras— accedió.

Se instalaron en el sofá rodeados de un cómodo silencio. El Uchiha se dio cuenta que los pies de ella estaban demasiado hinchados y no dudó en ofrecerle un masaje para aliviar sus molestias.

—Están bastante inquietos— Sakura rompió el silencio.

—A ver.

Puso su mano en el enorme vientre de su esposa y sonrió. Ella tenía razón, sus bebés estaban bastante inquietos esa noche.

—Seguramente ya están desesperados por salir— expresó con dulzura —Mamá, papá y Nee-san también están desesperados por conocerlos.

El Uchiha sonrió al escuchar la voz infantil que usaba ella para dirigirse a sus bebés. Pensó que era el momento apropiado para abordar el tema.