Capítulo 34.

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________'s P.O.V:

—Alice, me quiero ir. Ya son casi las tres de la mañana. Mi mamá me va a matar —la mayoría de las personas ya se habían ido, sólo quedaban ebrios tirados por el piso, los amigos de Quinn, ella, nosotras y unas doce personas más. Bueno, si contamos las conscientes, sólo Alice yo, ¡hasta nuestras amigas estaban ebrias!—. Además de que hoy me levanté temprano, mañana hay escuela. Por favor.

—Tu mamá no va a matar a nadie porque yo le dije que ibas a llegar tarde. ¡No sabes lo feliz que se puso de que salgas, y como una adolescente normal! —Alice gritó cerca de mi cara, ignoró me comentario final.

—Vamonos, por favor. Lo que pasó con Biersack me puso incómoda —hice un pequeñito berrinche.

—Te pondrás aún más incómoda cuando sepas que lo vamos a llevar a su casa —habló despreocupadamente tomando de su vaso.

—¿¡Qué!? —le grité con los ojos casi saliéndose de sus órbitas.

—Sí. Sabes que le hablo a Quinn un poco y me dijo que si lo podía llevar, porque "Son unos imbéciles que no saben tomar y terminarán matándose", así que acepté —se encogió de hombros.

—Te detesto.

—Me amas, además, no fue para tanto. —Volteé a verla incrédula.

Flashback.
¿Quieres bailar? —me preguntó un chico.

No te conozco me giré de vuelta con mis amigas.

Bueno, me llamo Austin Jones. Ya me conoces. ¿Quieres bailar? —insistió.

Qué incómodo.

Vamos, _______. No te va a secuestrar. Diviértete me susurró Summer. Desgraciada.

Está bien —me levanté.

¿Cómo te llamas? —me preguntó llevándome al centro de la habitación a pasos torpes.

El idiota estaba más que ebrio, estaba que se caía de borracho.

Pensé en inventar un nombre falso y mentirle, pero recordé que Summer había dicho mi nombre, quizás lo escuchó, demonios.
_______ —sonreí.

La situación cada vez se ponía más incómoda, se pegaba cada vez más a mi cuerpo y por la cantidad de gente que había, no podía hacerme para atrás

Sus manos bajaron lentamente por toda mi espalda hasta posarse en la pequeña curva entre mi espalda baja y mi... ¡maldición!

¿Vamos arriba, bonita? —preguntó tratando de besarme.

Qué idiota le dije empujándolo por el pecho. Tomó mis manos y las apretó frente a su pecho. Con firmeza me sostuvo y me intentó besar de nuevo. Corría mi rostro en cada uno de sus patéticos intentos.

Comenzó a arrastrarme al segundo piso.

¿Qué parte de "No" no entendiste, imbécil? —una voz gruesa apareció a mis espaldas.

Carajo.

Estamos en algo aquí gruñó mi "acompañante" molesto. Giró su rostro en dirección de aquella voz masculina y sus ojos se abrieron tanto que se hicieron redondos casi por completo—. Yo no sabía que ella... —habló nervioso, todo rastro de alcohol en su sistema había desaparecido.

Sí, no sabes nada. Tienes tres segundos para largarte de aquí si no quieres que te saque yo, y no creo que sea agradable para ti —habló firme.

El chico que me sostenía me soltó de golpe y salió disparado, Flash se hubiera quedado corto a comparación de la velocidad de éste chico.

Podía yo sola, Biersack. No necesito un héroe mentí comenzando a caminar hacia mis amigas.

Eso no parecía, _______. —»¿Sabe mi nombre?, ¡Genial!, ¡Lo que toda chica quiere!, menos yo«— Un gracias no vendría mal.

Graciasrespondí sin interés.

¿Por qué demonios te caigo mal? —preguntó indignado. Me giré a verlo.

¿Estás bromeando? —pregunté acercándome a él—. Eres un idiota narcisita que se siente mejor que el resto de la población humana.

¿Qué? —la furia se veía palpable en sus ojos. También comenzó a acercarse—. No me conoces, maldita sea. Si tú quieres creer eso, adelante. Pero por lo menos agradece cuando alguien hace algo bueno por ti, aunque lo detestes. Porque ese idiota estaba a punto de abusar de ti, yo sólo te hice un favor de buena gana. Deja tu maldito ego de lado habló enojado.

Su rostro estaba demasiado cerca del mío que juro que sentía que me besaba. Mis neuronas estaban de paseo o algo, porque quería que lo hiciera. Millones de pequeñas maripositas revolotearon en mi estómago como si tuviera un zoológico allí dentro. Un suspiro de su parte me hizo reaccionar. Relamí mis labios.

No pedí tu ayuda lo empujé por el pecho, por inercia él me tomó de los brazos. Descargas eléctricas comenzaron a invadir mi cuerpo.
Fin del Flashback

—Vamonos —dijo Alice cargando a Biersack y uno de sus amigos al auto.
Llevábamos a mis tres amigas y a los dos chicos en la parte trasera del auto, ¿cómo es que cabían los cinco ahí?

Pasamos de casa en casa a dejar a cada ebrio, empezando por Summer, después Avril y al final Lisa.

Llegamos a la casa de Andy y bajamos —como pudimos— a los dos chicos, él traía las llaves su su casa en la bolsa des sus jeans y entramos.

—Bien, _____. Lleva a Andy a su cuarto y yo llevo a este tipo a otro cuarto.

—¿Y cómo sé cuál es?, nunca he estado aquí, mejor hay que dejarlos aquí en en sillón o algo —hablé nerviosa, no quería estar a solas con Biersack.

—Es un chico, sabrás cuál es su cuarto. ¡Andando! —se quejó Alice.

Comencé a buscar como loca una habitación de hombre.

¡Bingo!, segundo piso, segunda puerta. Bajé por Biersack y lo subí básicamente a rastras.

—Vamos Biersack, coopera un poco —me quejé al casi terminar de subir las escaleras. Movió un poco sus pies y lo llevé a su cuarto.

Abrí la puerta y lo tumbé en la cama. Lo acomodé un poco y caminé a la puerta. Hacía demasiado frío y él temblaba.

—Por favor, no —suspiré y regresé a cobijarlo.
Llevé las cobijas hasta su cuello.

—Gracias, ________ —su aliento a alcohol me dio un poco de asco.

—De nada, Andy.

—Nunca me dices así —soltó una risa ebria. Rayos, eso era cierto.

Quería alejarme, de nuevo estaba demasiado cerca de su rostro, pero de nuevo no reaccioné.

Ahora estábamos mucho más cerca que la vez pasada y las pequeñas maripositas aparecieron en mayores cantidades, sus hermosos ojos azul me miraban penetrantes.

Comenzó a acercarse lentamente a mí, y de nuevo, yo quería que pasara.

¡Maldición, me iba a besar!

El chico de las cartas. •[Andy Biersack]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora