CAPÍTULO 6

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Dylan

Una semana después

-Pues sigo sin entender porqué aceptaste, ni siquiera la conocías, apenas se habían visto por un segundo y al otro segundo ya iban a vivir juntos y eso de llamarla putita, creeme llegaste a otro nivel- Johann estaba sentado frente a mi metiéndose papas fritas a la boca.

-Pues ella aceptó mis tratos así que no podía negarme, además sabes que no me gusta quedarme contigo y el bebé Evan, ella tenía algo disponible y yo lo tomé. Además yo más que nadie sé lo que es que todos te juzguen sin siquiera conocerte y creeme que no fui yo quien la llamó así, intentaba hacerla entender, tu lo viste había un chico desnudo en su departamento - Dije metiendo mi patata en ketchup

-¿Ah no? ¿Entonces quien la llamó así?- Dijo Johann un poco molesto

-Todo el mundo, de verdad amigo esa chica tiene una reputación

-¿Y nosotros no? Déjame recordarte como te llamaban, no es así pen...-Dijo pero interrumpí antes de que continuara

-Está bien, no quiero sonar machista ni nada de eso es solo que la chica me impresionó, además los chicos somos unos idiotas, si hubieras escuchado lo que yo en la fiesta en tu casa, de verdad este es un pueblo pequeño y lo que dicen de ella es horrible

-Y por eso la llamaste puta- Dijo Johann- Mira amigo no me lo tomes a mal, todos siempre vamos a tener una reputacion sea verdad o no y el echo de que ella la tenga no la hace verdad

-Está bien, después me disculpé con ella no se lo tomó de la mejor manera pero lo aceptó. Además quería ver si funcionaba la teoría de la psicología inversa, la llamé así para retarla y que ella me demostrara que no es así y al menos en los días que llevo viviendo con ella puedo decir que funcionó

-No entiendo como siendo un idiota puedes conseguir todo lo que quieres

-Soy un idiota con suerte creo. Vamos- Dije levantándome del asiento- Tenemos que buscar un nuevo apartamento para la chica es mi acto para redimirme. Escuché de un apartamento muy barato, aún no muevo mis cosas y estoy seguro de que hay lugares mejores y más baratos, ese lugar es una mierda

-¿Como tú?

-Peor

-En serio que a veces no te entiendo, Dylan Holden, haciendo algo lindo por una chica a la cual apenas conoce, no me digas que te gusta

-Ja ¿gustarme? No digas idioteces, es solo que la pobre chica me da lastima- Dije mientras dejaba unos billetes en la mesa.

Pasamos todo el día buscando en ese pequeño pueblo que conocí alguna vez como la palma de mi mano un nuevo apartamento lo suficientemente cómodo como para pasarlo con una persona que apenas conocía.

Encontramos un apartamento en un lugar un poco alejado del pueblo, tenías que caminar unas cuadras hasta llegar a una especie de bosque por el cual tenías que seguir en un camino de pavimento hasta dar con una residencia donde había edificios muy altos, estaba sólo un apartamento disponible en el último piso. Estaba un poco mas cerca de una ciudad mas grande pero también del pueblo, era algo como un punto medio entre ambos lugares.

La señora que nos había llevado; abrió la puerta, el apartamento tenía una enorme ventana por toda la sala y la habitación que daban al bosque, tenía que admitir que la vista era preciosa, sólo a unos cuantos kilómetros se podía ver el mar.

Automáticamente me enamoré de ese departamento, tenía un pequeño piso arriba, el piso estaba completamente hecho de madera y en la sala había dos grandes sillones de color gris que contrastaban con todo el lugar. Era perfecto.

SUEÑOS BESOS Y LLUVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora