SUPERMARKET {PETERICK}

🍇01🍇

Era sábado en la noche, los autos pasaban por aquel asfalto húmedo, las personas reían juntas como si nada ocurriera en sus vidas, y dentro del supermercado, Patrick estaba registrando los precios de los productos de un cliente. Estaba muy agotado y un poco estresado expresándolo en su rostro inconscientemente mientras pasaba el código de barras por el escáner con desgano. Quería salir de ese lugar ya, ver a su padre para estar más tranquilo y tal vez, tomar una siesta larga. Sus ojos, ante tal deseo e imagen en su mente, fueron hasta aquella pantalla mirando el reloj, eran las 11:00 P.M. y eso le saco un gruñido.

— ¿Te sientes bien?—.

Patrick escuchó la voz de un joven, era el cliente, un chico delgado que vestía una playera blanca de cuello V y chaleco café formal, jeans negros, un collar de cuentas de madera y un fedora sobre su cabello castaño un poco largo.

— Am... — tomó aire y apretó sus labios esbozando una sonrisa — S-Si es solo que... ha sido un largo día, es todo —.

— Oh, de seguro tomaste turno doble, ¿No es así?— cuestionó aquel chico soltando una pequeña risa.

— Si, es algo agotador, es por mi padre, no ha estado muy bien de salud — una sonrisa ladina apareció en su rostro. — y en parte no esta mal  tener algo de dinero extra — rió.

Una risa apareció. — está bien, Ryan Ross — extendió su mano.

— Patrick, Patrick Stump — estrechó la mano contraria.

—¿Stump? — sus ojos se abrieron un poco más de lo habitual — Estás en el club de música ¿Verdad? —

— si, así es — sonríe

— tocas batería, eres genial —

— Supongo que... Gracias, Ryan —

— no hay de que, tu talento debe ser reconocido, Pat — dijo Ryan para después sonreír mientras su mano va a su bolsillo. — ¿cuánto es?—.

— son 10 dólares con 50 —.

Ryan sacó la cantidad de su billetera y se la entregó a Patrick, este abrió la caja y metió el dinero, cortó el ticket y se lo entregó.

— Gracias Patrick, nos vemos en el club —.

— adiós Ryan — sus manos blancas tomaron lugar entre aquella orilla de la barra recargando su cuerpo sin borrar aquella sonrisa que el chico le provocó, le había alegrado un poco ese rato que consideraba eterno y aburrido.

Sus ojos verdiazules se mantenían fijos en como Ryan salía del supermercado con la bolsa en la mano y de pronto su mirada se desvío hacia el interior. Miraba la torre de latas de sopa Campbell's que lucía perfectamente ordenada y cada vez más pequeña, algunas ofertas anunciadas, y su reloj con los números 11:29; faltaban escasos segundos para que su turno terminase. Un suspiro salió mientras sus cejas se levantan un poco, hizo el recuento de caja, preparó todo y dejó todo listo para el día siguiente.

Sus pasos hacia aquella sala con casilleros, eran lentos y abigarrados notando la poca actividad en el lugar, las cajas vacías, David Bowie sonando en cada pasillo y el sonido de las neveras se dejaba escuchar hasta entrar a su destino, dónde esperaba ver a su amigo de afro, pero ni él se encontraba ahí

— Vaya soledad —.

Al llegar a su casillero colocó la contraseña que llevaba el candado, lo abrió y sacó una mochila color naranja, se sentó en una banca y quitó sus zapatos dejándolos en el piso cambiando por unos tenis rojos que tenía en la mochila y los ató de los cordones, guardo los zapatos en la mochila y salió del cuarto hacia la oficina del gerente. A Patrick le caía bien aquel muchacho, era buena persona y en parte era sexy a su parecer, pero al llegar lo observó un momento, sus músculos en los brazos, su cabello ahora teñido de rubio un poco alborotado, su playera blanca de cuello V mostrando su tatoo, y sus pantalones con tirantes le daban un toque extremadamente sexy, lo que le hizo tragar saliva con nerviosismo, sintiendo la impotencia para tocar la puerta.