DOS: La dulce medicina de Luke Kenovan

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El cláxon del coche de Val me hizo saltar de la cama de golpe.

Mierda, me había dormido.

Tan rápido como pude, me vestí, me lavé la cara y bajé las escaleras corriendo mientras me echaba por encima un bote de colonia y me arreglaba como podía el cabello.

La casa ya estaba vacía; al parecer Axel se había largado a clase y no se había molestado en despertarme... genial.

Al mirar el móvil, me saltó un mensaje de mi madre, que seguramente estaría en la playa con mi padre; habían decidido pasar un fin de semana romántico que se había alargado .

Mensaje de Mamá a las 7:30:

>> Suerte en tu primer día de clase, cielo!!

Cerré la puerta y corrí hasta el coche, que estaba aparcado frente a mi casa.

Val me miraba divertida, como siempre. Apenas tenía ojeras, ni resaca... ningún rastro de la noche anterior, al contrario que yo, que parecía un extra de The Walking Dead.

- Vaya cara que traes- me dijo al verme entrar en el coche y dejarme caer en el asiento del copiloto.

Gruñí como respuesta; no había dormido nada pensando en lo rara que había sido la noche anterior y además me dolía la cabeza. ¡Vaya forma de empezar el primer día del curso!

- Necesitas un buen meneo- me susurró mi amiga con voz traviesa.

Sonreí cuando pasó por mi mente la imagen del chico de anoche... el tal... ¿cómo se llamaba? Ah, Luke.

- De momento necesito llegar a clase antes de quince minutos o nos castigarán el primer día a las dos...- aclaré cuando me di cuenta de que me había sonrojado.

Val puso los ojos en blanco y me miró con desaprobación.

- Date un respiro, mujer- murmuró.

Y sin decir nada más, arrancó el coche y me contó con pelos y señales (algo que realmente a mí no me hacía falta) todo lo que hizo anoche, incluido todo lo que hizo con el chico con el que la dejé, del cual no se acuerda ni de su nombre.

Mientras caminábamos por los pasillos del instituto, la gente corría y se abrazaba con entusiasmo. Las chicas se saludaban efusivamente y se agrupaban en corritos a contarse lo que habían hecho durante el verano, mientras que los chicos alardeaban de con cuántas habían estado...

Era lo mismo de todos los años.

Nicole Baker, la capitana de las animadoras y probablemente la chica más popular del instituto, y el resto de sus amigas animadoras se acercaron a saludarnos cuando nos vieron a Val y a mí.
Yo no era tonta; sabía que Nicole y las animadoras solo se acercaban a mí porque estaban interesadas en mi hermano y en sus amigos.
Llevarme bien con ella era por pura supervivencia.

Sí, en el instituto, para todos excepto para Val, yo siempre había sido "la hermana de Axel Turner", nunca Maddie. Y eso a veces era una ventaja y otras, como cuando querías pasar desapercibida o mi hermano y sus amigotes la liaban haciendo alguna de las suyas, era insoportable.

Para todos, yo era solo la hermana del chico popular; del capitán del equipo de fútbol.

Yo sabía que muchos se acercaban a mí por puro interés; yo era la vía más fácil para llegar hasta los buenorros y populares chicos del equipo de fútbol.
Y eso me hacía poderosa.

Por lo menos tenía a Val, a la que nunca le gustaron las dichosas jerarquías del instituto.

Mientras metía mis libros en mi taquilla, vi pasar a Axel y a sus amigos, que iban saludando a todo el mundo; al contrario que yo, todos ellos sí estaban contentos de volver al instituto.

Bajo tu piel (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora